Andalucia Rustica

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Pueblos de Córdoba

Córdoba

Pueblos de Córdoba

Córdoba

La provincia de Córdoba, una de las ocho que forman la comunidad andaluza, posee una extensión superficial de 13.723,20 kilómetros cuadrados, representa el 2,7% de la superficie española y ocupa, por este concepto, el segundo lugar de Andalucía y el decimotercero de España. Sus límites territoriales, compartidos con seis provincias (al Norte con las de Badajoz y Ciudad Real, al Este con la de Jaén, al Sur con las de Granada y Málaga, y al Oeste con las de Sevilla y Badajoz), se extienden a lo largo de 696 kilómetros. Su posición geográfica viene delimitada por las latitudes 38 44′ y 37 11′ en sus extremos septentrional y meridional, y las longitudes 0 19′ y 1 54′ (referidos al meridiano de Madrid) en sus extremos oriental y occidental respectivamente.

Córdoba capital está situada en la latitud 37 50’44» y la longitud 04 50’23», con una altitud media de 123 m sobre el nivel del mar.

Las zonas altimétricas provinciales están todas situadas por debajo de los 1.000 m, la mayor de ellas con 8.556 kilómetros cuadrados es la comprendida entre los 200 y los 600 m, seguida de la comprendida entre los 600 y 1.000 m con 3.378 kilómetros cuadrados, y finalmente 1.784 kilómetros cuadrados por debajo de los 200 m que comprenden esencial mente las tierras de la vega del Guadalquivir.

La provincia queda dividida por el río Guadalquivir que la atraviesa de Este a Oeste en dos zonas casi simétricas pero bastante diferenciadas en sus características geográficas y agrícolas. La parte situada al Norte del río comprende la zona montañosa de Sierra Morena y una zona mesetaria que se extiende hasta el Guadalquivir, ambas son zonas de ganadería extensiva primordialmente. Las tierras al Sur del río constituidas por una planicie, denominada la Campiña, que se extiende por el Suroeste hacia Sevilla, son magníficas para la agricultura. Finalmente en la parte más meridional queda la zona de la Penibética, donde se encuentran cultivos de vid y olivar. Las condiciones hidrográficas son relativamente buenas, ya que además del Guadalquivir hay cuatro ríos de cierta importancia cuyo curso se desarrolla casi íntegramente dentro de la provincia, aún cuando la topografía del terreno no se presta excesivamente a un adecuado aprovechamiento agrícola.

Por su posición geográfica la provincia de Córdoba puede considerarse el centro de gravedad de Andalucía, especialmente su parte Sur.

Es muy difícil resumir la historia de una ciudad que, como Córdoba, es un hito fundamental en la historia y en la prehistoria de la Península.

De remoto origen, se halla construida sobre un asentamiento íbero, pero es en época romana (206 a. C.) cuando irrumpe con fuerza en la historia. Claudio Marcelo es considerado el fundador. Durante esa época fue capital de la España Ulterior romana.

Alcanza su máximo esplendor durante el periodo musulmán, siendo Califato independiente y capital de Al Andalus con un millón de habitantes.

Reconquistada en 1236 por Fernando III.

Monumentos de Córdoba / Qué ver

  • Mezquita – Catedral
  • Museo de la Alquimia
  • Círculo de la Amistad
  • Museo Arqueológico
  • Iglesia de la Trinidad
  • Iglesia de San Rafael
  • Iglesia de San Andrés
  • Puerta de Almodóvar
  • Iglesia de San Agustín
  • Triunfo de San Rafael
  • Torre de la Malmuerta
  • Molino de San Antonio
  • Iglesia de la Magdalena
  • Iglesia de Santa Marina
  • Casa Patio de San Basilio
  • Capilla de San Bartolomé
  • Convento de Santa Marta
  • Museo de la Casa Andalusí
  • Calleja y Plaza de las Flores
  • Casa del Guadalmecí Omeya
  • Iglesia Parroquial de Santiago
  • Real Colegiata de San Hipólito
  • Iglesia Parroquial de San Pedro
  • Alminar de la Plaza de San Juan
  • Alcázar de los Reyes Cristianos
  • Iglesia de San Nicolás de la Villa
  • Iglesia Parroquial de San Lorenzo
  • Iglesia y Claustro de San Francisco
  • Yacimiento Arqueológico de Ategua
  • Palacio de Congresos y Exposiciones
  • Yacimiento Arqueológico de Cercadilla
  • Noria de la Albolafilia y Molinos del Río
  • Centro de Creación Contemporáneo C3A
  • Conjunto Arqueológico de Medina-Azahara
  • Torre de la Calahorra – Museo de las Tres Culturas
  • Casa de los Venegas de Henestrosa (Gobierno Militar)
  • Iglesia Conventual de San José (San Cayetano)
  • Patios de Leyenda Museo Casa de las Cabezas
  • Museo de Bellas Artes y Museo Julio Romero de Torres
  • Antiguo Convento de la Merced (Diputación Provincial)
  • Hospital del Cardenal Salazar – Facultad de Filosofía y Letras
  • Sinagoga
  • Zoológico
  • Casa Árabe
  • Gran Teatro
  • Casa del Agua
  • Museo Taurino
  • Baños Califales
  • Teatro Góngora
  • Jardín Botánico
  • Arco del Portillo
  • Teatro Azerquía
  • Casa de Sefarad
  • Puente Romano
  • Murallas Árabes
  • Casa del Indiano
  • Palacio de Viana
  • Templo Romano
  • Mercado Victoria
  • Posada del Potro
  • Puerta del Puente
  • Molino de Martos
  • Caballerizas Reales
  • Mausoleo Romano
  • Ciudad de los Niños
  • Casa de los Villalones
  • Plaza de la Corredera
  • Iglesia de San Miguel
  • Iglesia de la Compañía
  • Iglesia de Santa Victoria
  • Conservatorio de Música
  • Real Convento de San Pablo
  • Monasterio de San Jerónimo
  • Calzada Romana del Pretorio

Plaza de Capuchinos:

  • Cuesta del Bailío
  • Cristo de los Faroles
  • Iglesia Convento de Capuchinos
  • Hospital de San Jacinto (Iglesia de los Dolores)

Iglesia de San Agustín: en 1328 los frailes agustinos, que estaban en la ciudad desde la reconquista, se trasladaron a este lugar después de haber ocupado diversos emplazamientos. El templo presenta una planta rectangular de tres naves con crucero, cubriéndose la triple cabecera con bóvedas de crucería. En el siglo XVII sufrió grandes transformaciones, patentes en la portada principal barroca, que se superpone a la primitiva gótica del XVI. Del XVII son también las portadas de las naves laterales y toda la reforma interior. Destaca aquí la fastuosa decoración de yeserías, que enmarca importantes pinturas de Juan Luis Zambrano y Cristóbal Vela Cobo, terminada en 1633. Tras la exclaustración de los agustinos en el XIX, pasó en el XX a los dominicos. Hoy se encuentra sometida a un lento proceso de restauración.

Iglesia de San Lorenzo: fue erigida en parroquia por Fernando III el Santo en 1236, tras la reconquista de Córdoba, sobre la estructura de una antigua mezquita. Comenzada la obra gótica en el siglo XIII, se terminó en el siguiente. Su planta responde al tipo medieval andaluz, de tres naves sin crucero y ábsides en la cabecera. En el central se conserva uno de los ciclos más interesantes de la pintura medieval de Andalucía, de corriente italogótica, que representa escenas de la Pasión de Cristo. Posee también varias capillas fundadas a fines de la Edad Media, en las que se guardan retablos y esculturas de los siglos XVI al XVIII. Al exterior hay tres portadas. La principal tiene un pórtico de arcos, por encima del cual se halla un enorme rosetón, uno de los mejores de la ciudad. La torre fue construida en 1555 por Hernán Ruiz II, aprovechando restos del antiguo alminar.

Iglesia de Santa Marina: la Iglesia de Santa Marina fue una de las siete fundadas en la Ajerquía por Fernando III tras la conquista de la ciudad. Su construcción se llevó a cabo entre finales del siglo XIII y el XIV, levantándose un edificio de planta rectangular de tres naves, sin crucero y triple cabecera poligonal. En el exterior destacan las portadas y el rosetón de estética gótico mudéjar. Muy interesante es la torre realizada a mediados del siglo XVI, en época del obispo Leopoldo de Austria, por Hernán Ruiz II. En el interior son notables la capilla funeraria de los Orozco, de estética mudéjar, construida en el siglo XV y la capilla de Nuestra Señora del Rosario con interesante retablo realizado por Sebastián Vidal en 1632 y pinturas de Antonio del Castillo.

Iglesia de San Miguel: fundada la parroquia por Fernando III el Santo en 1236 en una antigua mezquita, el actual edificio fue erigido entre los siglos XIII y XV. A principios del siglo XVII se le adicionó la sacristía y en el XVIII se construyeron la capilla del Sagrario y la torre. En la fachada principal se ven los característicos estribos que contrarrestan los empujes de los arcos interiores. Se articula en tres partes, situándose en la central la portada de arco apuntado, coronada por un vistoso rosetón. La portada gótica del lado izquierdo es de fines del siglo XIII y la del lado derecho, mudéjar del XIV. El interior presenta tres naves y en el lado derecho sobresale de la planta la antigua capilla funeraria de los Vargas, actual capilla Bautismal, obra mudéjar del siglo XV. La iglesia posee esculturas y pinturas de gran valor artístico, presidiendo el presbiterio un bello retablo marmóreo de principios del XVIII.

Iglesia de San Pedro: esta parroquia fue una de las siete fundadas en la Ajerquía por Fernando III, en 1236. La construcción del templo se inicia a fines del siglo XIII y se prolonga en el XIV. Presenta planta rectangular con tres naves y ábsides poligonales. Las naves se cubrían con armaduras de madera, hoy desaparecidas. Al exterior conserva las dos portadas medievales de los lados. La principal fue edificada en 1542 por Hernán Ruiz II, bajo el patrocinio del obispo Leopoldo de Austria. Merece destacarse el retablo mayor, realizado en 1732 por Félix Morales Negrete. En 1575 aparecieron aquí las reliquias de los Santos Mártires. Su capilla, comenzada en 1742, es un significativo espacio barroco con retablo de Gómez de Sandoval, ángeles de Duque Cornejo, Arca de las Reliquias, de Cristóbal Sánchez Soto, y lámparas de Damián de Castro.

Iglesia de San Andrés: esta parroquia se dedicó en el siglo XIII, después de reconquistada la ciudad, en el lugar en el que había existido un templo visigodo dedicado a San Zoilo. La construcción se terminó en 1489, fecha de la primitiva portada principal, que hoy es lateral. En el siglo XVI se levantó la torre y en el XVIII, siendo obispo Marcelino Siuri, se construyó una nueva iglesia, cambiando la orientación de la antigua y conservando de ella la portada y la cabecera. En su interior destacan importantes retablos de los siglos XVI y XVIII, especialmente el mayor, trazado por Pedro Duque Cornejo. Conserva también valiosas pinturas del siglo XVII, debidas a Juan de Peñalosa, Antonio del Castillo y Antonio Palomino.

Iglesia de la Magdalena: es la más antigua de las parroquias cordobesas fundadas por Fernando III el Santo. Proyectado el templo en el siglo XIII, se desconoce en qué momento se inició la construcción. Presenta cuerpo de tres naves y triple cabecera, con ábside la central y planas las laterales. La del lado derecho fue ocupada por la torre en la década de 1790, durante el obispado de Antonio Caballero y Góngora. Son muy interesantes las tres portadas, que se ajustan a un diseño gótico temprano, de influencia cisterciense y burgalesa. La del lado derecho, que es la más antigua, ofrece el prototipo de portada mudéjar. La principal, destacada sobre el muro, remata en gablete. La de la plaza, realizada hacia 1300, da el modelo evolucionado de portada religiosa mudéjar que se extenderá por la Baja Andalucía. Clausurada como parroquia en 1890, en la actualidad, y tras una profunda restauración, esta dedicada a usos culturales diversos.

Puerta de Sevilla: la antigua puerta fue construida en la segunda mitad del siglo XIV para dar salida al nuevo barrio del Alcázar Viejo o de San Basilio. Se derribó en 1865. La actual es una reconstrucción de 1958, promovida por el alcalde Antonio Cruz Conde. Entonces también se restauraron los arcos gemelos flanqueados por torres, que son lo más interesante del conjunto. Aunque semejan una torre albarrana, actualmente se consideran restos probables de un acueducto del siglo X, que desde Medina Azahara traía agua para el abastecimiento del alcázar califal. El arco exterior de los dos conservados salvaba el arroyo del Moro. Delante de éstos se ha colocado el monumento que la ciudad erigió en conmemoración del noveno centenario de la muerte de Ibn Hazm, realizado por Amadeo Ruiz Olmos en 1963.

Torre de San Juan: es el único vestigio que se conserva de la mezquita de Fernando III el Santo donó a los Caballeros de San Juan de Jerusalén. El alminar, que sólo conserva el primer cuerpo, constituye uno de los ejemplos más interesantes del modelo de torre en esquina, propio de las mezquitas de barrio del siglo X. Estaba desplazado con respecto al mihrab, ocupando el ángulo noroccidental. Es de planta cuadrangular con escalera circular en torno a un machón central. En el exterior conserva restos de las ventanas geminadas y de la hilera de arquillos ciegos que coronaba el primer cuerpo. La iglesia fue hasta el siglo XVIII parroquia de San Juan de los Caballeros y desde 1880 es la conventual de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús.

Caballerizas Reales: las fundó en 1567 Felipe II con el fin de criar caballos de pura raza española para servicio de la Casa Real. Su construcción le fue encargada al caballerizo mayor del rey, don Diego López de Haro y Sotomayor, primer marqués del Carpio. Dirigió la obra Juan de Minjares, concluyéndose hacia 1590. Tras un incendio en 1757 fueron reconstruidas en época de Carlos III. En 1822 se le retiraron los caballos destinados a la Casa Real, pasando al servicio del cuerpo de Caballería. Aquí estuvo el Depósito de Sementales del Ejército y al ser éste trasladado de Córdoba, pasó el edificio a sede de la Delegación del Ministerio de Defensa. En 2002 lo adquirió el Ayuntamiento, destinándolo a oficinas y actos culturales. Arquitectónicamente merecen destacarse la crujía de cuadras, de tres naves separadas por arquerías sobre columnas, y el picadero, con arquitectura del hierro del siglo XIX.

Casa del Bailío: se dan el nombre de bailío al caballero profeso de la Orden de San Juan que, por antigüedad o gracia especial del gran maestre de la Orden, adquiría una especie de dignidad o encomienda denominada bailiaje. Estas casas pertenecieron a las familias Corbacho y Cárcamo, pasando en el siglo XVI a fray Pedro Núñez de Herrera, bailío de Lora, hijo de Alonso Fernández de Córdoba, quinto señor de Aguilar. Ocupan un gran solar y tienen dos accesos, uno por la calle Ramírez de Arellano y otro por la Cuesta del Bailío. En su interior, entre otras cosas destacables, se conservan pinturas murales con episodios de la vida del Gran Capitán y una sala neoárabe diseñada por Agustín Vicente Inurria y Julio Romero de Torres. La portada del Bailío, de hacia 1530, se atribuye a Hernán Ruiz el Viejo. La propiedad se halla dividida en la actualidad entre la Fundación Roger Garaudy y un lujoso complejo hotelero.

Baños del Alcázar Califal: Ubicados en el llamado Campo Santo de los Mártires, estos baños árabes estuvieron contiguos al desaparecido alcázar omeya, al que probablemente pertenecieron. Los elementos más antiguos se datan en el siglo X, la época del Califato. Hay también obra de época taifa del XI y restos ornamentales que prueban su utilización por almorávides y almohades. El descubrimiento de estos baños tuvo lugar en 1903, pero se volvieron a tapar. Entre 1961 y 1964 se excavaron nuevamente y se reconstruyeron por el arquitecto Félix Hernández, dejándolos a la vista. Finalmente, en 2002, tras un proceso de restauración, Francisco Torres ha construido el edificio que hoy existe. Constan los baños de varias estancias abiertas, con muros de sillería, y otras cuatro abovedadas con lumbreras estrelladas, sostenidas por arcos de herradura sobre capiteles y columnas de mármol.

Museos en Córdoba

Museo Taurino
Museo Arqueológico
Museo de Bellas Artes
Museo Julio Romero de Torres

Palacios y Casas

Palacio de Viana: sobre las casas que fueron de Miguel Ruiz en el siglo XIV construyeron este palacio don Gome de Figueroa y Córdoba, primer señor de Villaseca desde 1559, y su hijo don Luis Gómez de Córdoba y Figueroa. Sus diferentes propietarios engrandecieron la casa y en 1703 obtuvieron el marquesado de Villaseca. En el siglo XIX pasó a la familia de los Saavedra, marqueses de Viana, que en 1980 la vendieron a la Caja Provincial de Ahorros de Córdoba, actualmente Cajasur. Convertida en museo, es un conjunto de planta irregular, dispuesto en torno a doce bellos patios y un jardín. Destacan la portada, la escalera principal, cubierta por un interesante artesonado mudéjar, y el patio de Recibo, obras manieristas del XVI atribuidas al arquitecto Juan de Ochoa. En su interior, dotado de notables salones, se conservan colecciones procedentes del patrimonio familiar, entre las que sobresalen las de pintura, relojes, tapices, armas, mobiliario y porcelana de Compañía de Indias.

Palacio de las Quemadas S. XVII: al exterior destaca la portada, articulada en dos cuerpos, el cuerpo interior está ocupado por la puerta adintelada, flanqueada por dos columnas y pilastras que soportan un entablamento clásico y un frontón curvo roto por el segundo cuerpo, presidido por el escudo de la familia Fernández de Mesa.
En el interior merece especial mención la escalera principal de dos tramos realizada en el S. XVI, con decoración de yeserías con motivos heráldicos. El patio principal de planta trapezoidal, presenta dos galerías de columnas.

Casa del Marqués de Campo Alegre S. XVI: la fachada completamente encalada se estructura con ventanas enrejadas, la planta baja y balcones en el piso superior, en la misma vertical. La portada se encuentra en el extremo occidental de la fachada y consta, como es normal en este tipo de construcciones de dos cuerpos. El inferior constituye la puerta de entrada, con grupos de tres pilastras en las jambas que sustentan un entablamento decorado con escudos heráldicos.
El segundo cuerpo está formado por el balcón, que se remata con una doble cornisa separada por un friso de arquillos ciegos. Este motivo se repite en el elemento que culmina la portada, además de contar con los escudos de las familias relacionadas con el propietario.

Palacio de Orive: situado en la Plaza de Orive, en el barrio de San Andrés-San Pablo, el Palacio de los Villalones, también conocido como de Orive, es un edificio de estilo renacentista, obra de Hernán Ruiz II, que reforma la casa señorial de la familia Villalón en 1560.
En la fachada de sillares de piedra caliza y estructurada en tres cuerpos rematada con un torreón, el arquitecto cordobés desarrolla un conjunto ornamental simbólico propio, que refleja su madurez y la superación del lenguaje establecido. Destaca el grupo de la portada principal, en el que una figura femenina corona la puerta, enmarcada por leones con aldabas, escenificando una representación de la lealtad.
En el interior, las estancias se disponen en torno a dos patios, el principal porticado en tres de sus lados con columnas árabes y romanas reutilizadas bajo arcos de medio punto y galería superior, cerrada con arcadas de arcos carpaneles y pretil; y el secundario, el de carruajes, con galería en dos de sus lados y comunicado con la escalera y patio principal.
La última rehabilitación del edificio fue realizada por el Ayuntamiento de Córdoba dirigida por el arquitecto Francisco Gómez Díaz, finalizando en el año 2003.

Palacio de la Merced: el que fuese convento de frailes mercedarios, fundado en el siglo XIII, se transformó en el XVIII en uno de los conjuntos arquitectónicos más relevantes de Córdoba. Extinguido tras la desamortización de 1834, el edificio fue destinado a hospicio y por último, desde la década de 1970, a sede de la Diputación de Córdoba. El centro del palacio lo ocupa la antigua iglesia conventual, que continúa estando abierta al culto. Su bella portada barroca se sitúa en el centro de la fachada principal. La fachada se divide en dos plantas y está decorada con pinturas que imitan placas de mármol, características del barroco cordobés. Entre las dependencias del Palacio de la Merced destacan el claustro principal centrado por una fuente y la escalera existente en uno de sus lados. Asimismo, posee en su interior una rica colección de esculturas, pinturas y piezas de orfebrería.

Posada del Potro: las posadas son establecimientos típicos construidos en torno a un patio común alrededor del cual se situaban las habitaciones de los viajeros. Las primeras referencias que se conocen de la Posada del Potro datan del siglo XIV, habiendo mantenido su función primitiva hasta la primera mitad del siglo pasado, siendo la única que se conserva en la ciudad con su aspecto originario. La Plaza, declarada Monumento Arquitectónico-Artístico, y la Posada del Potro sirvieron de inspiración a Cervantes, Góngora y Quevedo y han sido fuente inagotable de leyendas. Desde inicios de la década de los 80 es destinada a usos de carácter cultural.

Casa de los Marqueses del Carpio
Palacio de Congresos y Exposiciones

Plazas

Plaza del Orive
Plaza del Potro
Plaza de Séneca
Plaza del Indiano
Plaza de Capuchinos
Plaza de los Dolores
Plaza de la Corredera
Plaza de las Tendillas

Puente romano sobre el Arroyo Guadalbarbo

Este Puente Romano sobre el Arroyo Guadalbarbo, de frecuentes referencias históricas a su paso, se encuentra en las confluencias de las vías pecuarias, la Vereda de las Pedrocheñas y la Vereda de Linares, entre Valenzoneja y Porrillas Bajo (o San Fernando Bajo) en las cercanías de la Barriada de Alcolea.

Coincidente con la Vereda de Pedrocheñas, en dirección al norte desde el puente, podemos seguir también el antiguo Camino de la Tierna; desde terrenos de la Dehesa Tierna, en el Puerto de la Clavellina, enlaza con el Camino de los Pañeros que llega hasta Cerro Muriano. Este recorrido entre las Barriadas de Alcolea y Cerro Muriano se encuentra reconocido en el inventario de caminos municipales recogido en el Apéndice nº 4 de título «Caminos vecinales y veredas pecuarias que de uso público existen en este término municipal», como camino vecinal número 65, en la Sección de la Sierra.

Por su parte el Arroyo Guadalbarbo nace en la Sierra de los Puntales, en término de Obejo y pasa cerca de la Barriada de Cerro Muriano, entrando en el municipio de Córdoba junto a la Umbría de Decalamano, para bajar después entre las Lomas del Algarrobillo y la del Cerrajero, y sucesivamente por La Armenta, Las Conejeras, y el Montoncillo, y las del Cerrajero cruzando el Canal del Guadalmellato poco antes de llegar a este Puente romano desembocando al río Guadalquivir tras pasar bajo la línea ferroviaria y la carretera N-IV Madrid-Cádiz.

En cuanto al patrimonio natural de este arroyo, destaca su riqueza en flora, con importantes muestras de bosque mediterráneo, con encinas, alcornoques, algarrobos, jara o lentisco, así como faunística, con frecuente presencia de rabilargo, perdiz, barbo, boga, etc., observables principalmente en primavera.

Rancheros, Guerrilleros y monte mediterráneo

Durante los años cuarenta y cincuenta del pasado siglo, las laderas y barrancos umbríos de la sierra permanecían cubiertos por una densa y variada vegetación mediterránea, refugio de numerosas especies animales, que coexistían así con la ocupación humana de pastoreo y siembra.

La formación arbustiva más común era la maquía mediterránea, que también recibe el nombre de monte noble, monte alto y monte meco salpicadas de encinas, alcornoques y quejigos, estas manchas de monte estaban formadas por masas de madroños, durillos, brezos y agracejos, con acebuche y lentisco orientada de ladera giraba al sur y al oeste.

En este escenario vegetal vivían y trabajaban los rancheros, y también se ocultaban huidos y guerrilleros, construyendo frágiles refugios de monte, que pasaban desapercibidos entre el verdor dominante. En cada finca había varias familias de rancheros, que llegaban a un acuerdo con el propietario para desmontar el terreno con hocinos y hachuelas (roza), y producir picón o carbón con cepas, troncos y ramas.

Los rancheros llevaban una existencia precaria, construían para vivir chozos de monte junto a un venero, y se desplazaban a otro lugar de la finca cuando habían desmontado la zona en que se hallaban. Una parte del carbón era para el propietario, quien en ocasiones les permitía tener una cabra para leche o sembrar un huerto de verano.

Los rancheros constituían una de las bases sociales de la guerrilla, puesto que con frecuencia les vendían alimentos o les proporcionaban información. Algunos rancheros actuaron como enlaces y apoyos de las partidas que operaban por la zona, produciéndose por este motivo no pocas detenciones e incluso fusilamientos.

El Barranco de La Huesa

El Barranco de La Huesa, surcado por el arroyo del mismo nombre, que vierte sus aguas en la margen derecha del Guadiato, entre el Peñón del Turumbón y Piedra Talavera. El barranco está orientado en dirección noroeste-sureste, y presenta una serie de rasgos orográficos y biogeográficos que lo hacen idóneo como refugio y base de la guerrilla: es profundo y estrecho, se encuentra circundando por elevados crestones de cuarcita que lo aíslan y a la vez favorecen la vigilancia, posee una situación estratégica que lo conecta con facilidad por su cabecera con las sierras de Villaviciosa y por el Guadiato con la capital cordobesa y la Vega. Además el roquedo presenta oquedades  y abrigos rocosos para ocultarse o para almacenar recursos (alimentos, armas) y en el centro del barranco aflora una surgencia permanente que surtía de agua a los guerrilleros. Desde el punto de vista biológico, el pinar de repoblación actual no existía, y su lugar lo ocupaba un denso monte alto, perfecto para ocultarse. Por último, la presencia humana en los llanos y dehesas que rodean La Huesa (Olivarejo, Navalserrano, La Pastelera), les proporcionaba apoyo logístico.

Todos estos factores llevaron al Estado Mayor de la Tercera Agrupación Guerrillera (1946) a situar aquí su base de operaciones, que combinaban con algunos cortijos próximos a Villaviciosa. El desastre para la guerrilla sobrevino la madrugada del 11 de Junio de 1947, cuando fueron cercados por numerosas fuerzas de la Guardia Civil, seguramente como consecuencia de una delación. Murieron todos los componentes de este grupo dirigente guerrillero (Julián Caballero, Librado Pérez, Melchor Ranchal y una mujer guerrillera, maestra de profesión, Mª Josefa López). Sólo se salvó Merino Campos, que fue herido y detenido.

La destrucción del Estado Mayor de la Tercera Agrupación Guerrillera supuso el principio del fin de la organización guerrillera en la Sierra Morena cordobesa, junto con la promulgación en 1947 de la Ley de represión del bandidaje y el terrorismo. En 1951, es sorprendido y abatido el último guerrillero de esta zona de la sierra, José Ramos Ramitos, de Villaviciosa de Córdoba.

Fuente: Ayto. de Córdoba

Fuente del Elefante (Santa María de Trasierra)

Réplica de la escultura del pequeño elefante asiático, que ocupaba el pedestal en la Fuente del Elefante (Llano o Poljé de Escarabita).

Parece ser que formaba parte de un palacio de recreo que mandó a construir el califa Abderramán III, donde los devotos trabajaban al menos una semana al año para costear el mantenimiento de la Mezquita de Córdoba.

Hay quien sitúa en esa zona El Valle de las Rosas, del que habla el literato árabe Al-Sagundi en su “Elogio al Islam Español”

El original, que hoy en día se encuentra en el Museo Diocesano de Córdoba, está labrado en caliza cámbrica procedente de Sierra Morena.

La gran hendidura fronto-lateral que muestra, podría deberse al desprendimiento y posterior desaparición de una de sus piezas, ya que parece no estar labrando en un único bloque de piedra.

La entrada del agua de la captación se efectuaba por la parte trasera de la figura, surgiendo por los colmillos laterales.

La técnica analítica del carbono (C14) ha proporcionado una cronología entre los años 982 – 1193BP.

Cortijos, Haciendas y Lagares

– Cortijo Dos Fuentes
– Cortijo El Chanciller
– Cortijo de Cabriñana
– Cortijo Casablanca
– Cortijo Mirabueno
– Cortijo de Duernas
– Cortijo del Rosal
– Cortijo Los Frailes
– Cortijo Ribera Alta
– Cortijo de Majaneque
– Cortijo de la Orden Alta
– Cortijo Libros Viejos
– Cortijo Rubillas Altas
– Cortijo de Villafranquilla
– Cortijo Cuarto de los Álamos
– Cortijo de Blanquillo Alto
– Cortijo Herrera de los Palacios
– Cortijo de la Reina o de la Reina del Guadalquivir
– Lagar de Don Íñigo o La Soledad
– Casería de San Pablo

Jardines

Jardines de la Agricultura
Jardines de la Merced
Parque Cruz Conde
Jardín Botánico

Calles más conocidas

Arco del Portillo
Avenida del Gran Capitán
Calle Cruz Conde
Calle Gondomar
Calle de la Feria
Calleja de las Flores
Cuesta del Bailío

Monumentos Naturales de Córdoba y Provincia

Árboles y Arboledas Singulares de Córdoba

  • Almez de la Capiñuela Baja
  • Tarajal del Puente de Alcolea
  • Pino del Canal del Guadalmellato
  • Algarrobo de la Loma de Los Escalones

Parques Periurbanos de Córdoba y Provincia

  • Los Villares
  • Fuente Agria
  • La Sierrazuela
  • Fuente la Zarza
  • Los Cabezos

Parajes Naturales de Córdoba y Provincia

Humedales de Córdoba

  • La Nava Alta de Cabra (CabraZuheros)
  • El Navazuelo (Zuheros)
  • Laguna del Conde o Salobral (Luque)
  • Laguna de Zóñar (Aguilar de la Frontera)
  • Laguna del Rincón (Aguilar de la Frontera)
  • Laguna de Santiago (Aguilar de la Frontera)
  • Laguna de Tíscar (Puente Genil)
  • Laguna Dulce (Lucena)
  • Laguna Amarga (Lucena)
  • Laguna de los Jarales (Lucena)
  • Laguna de Molina Ramírez (Lucena)
  • Laguna de Remendado (Lucena)
  • Sotos de la Albolafia (Lucena)
  • Embalse de Cordobilla (Puente Genil – Aguilar de la Frontera – Badolatosa)
  • Embalse de Malpasillo (Lucena – Badolatosa)
  • Laguna del Donadío (Santaella)
  • Laguna del Taraje (Lucena)
  • Laguna de la Quinta (Baena)
  • Laguna del Rincón del Muerto (Baena)
  • Laguna de Cortijo Viejo (Baena)
  • Laguna de Curado (Lucena)
  • Laguna de Vadohondo o Laguna Salada (Lucena)
  • Laguna de Jarambel o Laguna de Chica (Aguilar de la Frontera)
  • Laguna de Butaquillo (Baena)
  • Laguna de la Roa (Baena)
  • Laguna de Casasola (Baena)
  • Laguna de Navarredonda o Laguna de Los Arenales (Puente Genil)

Presa del Embalse de la Encantada

Geoparques

  • Geoparque Sierras Subbéticas (Cabra, Carcabuey, Doña Mencía, Iznájar, Luque, Priego de Córdoba, Rute y Zuheros)

Gastronomía y Artesanía de Córdoba

Hay mucho arte y tradición en la gastronomía cordobesa. Se siente el peso de la historia y de las tradiciones, en especial en platos que tienen su origen en la cocina árabe y judía, y que hoy en día llegan a la mesa del comensal con toques innovadores y la fusión de sabores. Hay platos que tienen su marca peculiar cordobesa como el salmorejo, el flamenquín de jamón serrano, el rabo de toro de lidia, el cordero a la miel o las alcachofas perfumadas con un toque del vino de Montilla.

En postres, hay que hacer mención al legado que dejaron los mozárabes. El recetario también acoge recios platos de caza, jamones y embutidos ibéricos que llegan del Valle de los Pedroches. En Córdoba gana fama y prestigio una costumbre típica de Andalucía: ir de tapas. Tabernas hay en los alrededores de la Plaza de la Corredera, en los barrios de la Ajerquía o en las proximidades a la plaza de Las Tendillas para paladear infinidad de pequeños bocaditos que resumen a la perfección la exquisitez de la cocina mediterránea.

La platería constituye la mayor actividad artesanal de Córdoba y la principal fuente de ingresos económicos de la capital. Los talleres plateros están repartidos por toda la ciudad, buena parte de ellos en casas particulares. Los mayoristas cordobeses distribuyen las joyas talladas artesanalmente en Córdoba por todos los países de Europa. Asimismo, son famosos los cordobanes, trabajos en cuero repujado que evoca las tradiciones artesanales andalusíes. Córdoba, además, posee importantes fabricantes de guitarras clásicas y flamencas.

Cómo llegar a Córdoba

Córdoba está situada en el cauce, que dentro del sistema radial español de carreteras, une Madrid con Andalucía, así como en el cauce de comunicaciones sureste suroeste de la Península. De esta forma, Córdoba capital queda situada en una encrucijada de carreteras, al ser atravesada por la radial IV Madrid – Cádiz, que es una de las más grandes vías de tráfico de la Península, además de por la carretera nacional que une Badajoz con Granada.

Asimismo parten de las cercanías de la capital la Carretera Nacional que une Málaga y la Costa del Sol con el sistema radial de carreteras, y las carreteras Nacionales que enlazan con Jaén al Este y Puertollano y Ciudad Real al Norte.

En lo que respecta al ferrocarril Córdoba ocupa asimismo una posición estratégica al ser su capital el punto de bifurcación de la línea que une Madrid con Málaga, Sevilla, Cádiz y Huelva. La parte Sur de la provincia está unida por otra línea con Jaén y Linares.

Actualmente la línea Madrid Córdoba – Sevilla se ha reforzado considerablemente con la entrada en funcionamiento del tren de alta velocidad, asimismo la comunicación por carretera ha mejorado con la construcción de la reciente autovía.

Córdoba tiene un aeropuerto completamente operativo para aeronaves de hasta 80 plazas a reacción o hélice, aunque no tenga líneas regulares de pasajeros, pero sí puede ser utilizado en vuelos charters y particulares.

Distancias desde Córdoba

Jaén 105 km
Baena 60 km
Cádiz 235 km
Alcolea 12 km
Sevilla 142 km
Lucena 69 km
Andújar 75 km
Huelva 227 km
Málaga 159 km
Adamuz 34 km
Montoro 45 km
Almería 304 km
Granada 159 km
Almodóvar del Río 26 km

Senderos en Córdoba

Sendero Cuesta de la Traición
Sendero Barrio de El Naranjo – Arroyo Pedroche – Santo Domingo
Sendero Mirador del Toro en la Cuesta del Espino a la Vía Verde de la Campiña SL-96

Senderos de la Memoria
Vado del Guadiato y Molinillo

El eje del río Guadiato constituye un pasillo natural, que permitía a la guerrilla desplazarse hacia las mesas de Almodóvar, hacía el interior de la sierra o en dirección a Córdoba. El actual puente de Los Boquerones (en la carretera CO-3402 a Villaviciosa) no existía en la década de los 40, y en su lugar, una maroma apoyada en los estribos rocosos de ambas márgenes (llamados por esto La Piedra del Cable), permitía salvar el cauce sobre un cajón, que trasportaba por igual quesos, panes, algún animal e incluso personas. Durante la larga sequia estival, el río podía cruzarse fácilmente por el lugar donde nos encontramos, continuando la vereda hacía la finca de la Pastelera, en dirección a Villaviciosa.

En el paso de la Vereda de Trassiera sobre el río Guadiato, en la margen derecha orográfica, desemboca el Barranco de La Huesa, donde se ocultó y murió el Estado Mayor de la Tercera Agrupación Guerrillera. En la desembocadura del barranco se yergue el cerro Turumbón, un oscuro peñón sobre cuya cuerda aplanada se sembraba trigo y garbanzos (de ahí el topónimo Candeal). Desde la cota del Turumbón es fácil acceder a pie hasta las fincas de los Boquerones, las Milaneras y el Olivarejo, razón por la que fueron aquí frecuentes los encuentros entre guerrilleros y habitantes de la zona. Muy cerca del puente se encuentra la piedra Abejera, donde era posible aprovisionarse de miel natural.

Aguas abajo del vado del Guadiato, en dirección a Almodóvar del Río, se suceden profundos barrancos recubiertos de espesas umbrías (La Cebaera, La Porrá, La Umbría de Perchas), constituyendo un hábitat perfecto para rancheros y pastores, cuya huella ha quedado fijada en numerosos topónimos: Chozo Verdejo, Panduro, Las Tetas de Teresa, La Tabla del Gato. En la margen derecha, frente a la Porrá, el Cerro del Trigo (que era llamado La Madre de los Lobos) constituyó otra zona de fuerte presencia guerrillera, vinculada a los huidos de Villaviciosa. La mayoría de estos maquis, de filiación política anarquista, acabaron integrados en la AGE (Agrupación Guerrillera Española), junto con otros muchos republicanos, de filiación socialista o comunista.

Aguas arriba del vado del Guadiato, en la margen opuesta, aún pueden verse los restos de un viejo molino (de ahí el topónimo La Solana del Molinillo) que sirvió para la molienda del trigo hasta el estallido de la Guerra Civil.

Senderos de la Memoria
Puerto Artafi

Puertos de montaña y collados constituían unos elementos claves en el sistema de comunicaciones de la sierra, ya que permitían salvar las líneas de cumbres por sus cotas más bajas, sustituyendo así a la moderna tecnología constructiva de túneles y viaductos. Puerto Artafi, a pesar de su modesta altura (536 m), era un nudo de comunicaciones donde confluían los caminos del llano y de la sierra, uniendo la Vega del Guadalquivir con la ciudad de Córdoba y el Valle del Guadiato, teniendo en cuenta que no existía la actual carretera asfaltada, sino sólo un camino de tierra que bajaba hasta el río. Por él transitaban todo tipo de gentes: trabajadores de la Vega en busca de los jornales de la avellana y del descorche, «corsarios» que acumulaban en las alforjas de su mula pequeñas mercancías y productos, y a veces cartas y noticias; cabreros y porqueros que transitaban  al pie con su ganado, buscando el matadero municipal… y también enlaces de la guerrilla que bajaban y subían de Córdoba con información o con recursos diversos.

Los mismos guerrilleros se acercaban con cierta frecuencia a Sta. María de Trassierra (donde había un destacamento antiguerrilla de la Guardia Civil) para contactar con enlaces o puntos de apoyo. En algún caso llegaron a trabajar ellos mismos en las tareas de desmonte y saca de corcho, o arriesgaron la vida por comprar tabaco, uno de los escasos placeres que podían permitirse en su dura vida cotidiana.

El paso por puertos y collados se hacía siempre de noche, y consistía en una de las operaciones más expuestas para la guerrilla, ya que era frecuente que la Guardia Civil acompañados muchas veces de los guardas de las fincas, que conocían bien el terreno, se apostasen en puntos estratégicos para interceptar su marcha, sobre todo si tenían noticias de que se estaban produciendo desplazamientos de alguna partida. Los enlaces (los ojos y oídos de la guerrilla) procuraban avisar de este tipo de operaciones de apostamiento, aunque también en ocasiones (sobre todo en el periodo final) suministraron información de desplazamientos guerrilleros a las fuerzas de orden público.

Senderos de la Memoria
Puente de Los Boquerones y Piedra del Cable

El eje del río Guadiato constituye un pasillo natural (dirección nordeste-suroeste) que permitía a la guerrilla desplazarse hacia las mesas de Almodóvar del Río, hacia el interior de la sierra o en dirección a Córdoba. El actual Puente de los Boquerones no existía en la década de los 40, y en su lugar, una maroma apoyada en los estribos rocosos de ambas márgenes (llamados por esto La Piedra del Cable), permitía salvar el cauce sobre un cajón, que transportaba por igual quesos, panes, algún animal e incluso personas.

Aguas arriba del Puente, en la margen derecha orográfica, desemboca el Barranco de la Huesa, donde se ocultó y murió el Estado Mayor de la Tercera Agrupación Guerrillera. Entre el barranco y el puente se encuentra el cerro Turumbón, un oscuro peñón sobre cuya cuerda aplanada se sembraba trigo y garbanzos (de ahí el topónimo Candeal). Desde la cota del Turumbón es fácil acceder a pie hasta las fincas de los Boquerones, las Milaneras y el Olivarejo, razón por la que fueron aquí frecuentes los encuentros entre guerrilleros y habitantes de la zona. Muy cerca del puente se encuentra la piedra Abejera, donde era posible aprovisionarse de miel natural.

Aguas abajo, en dirección a Almodóvar del Río, se suceden profundos barrancos recubiertos de espesas umbrías (La Cebaera, La Porrá, La Umbría de Perchas…), constituyendo un hábitat perfecto para rancheros y pastores, cuya huella ha quedado fijada en numerosos topónimos: Chozo Verdejo, Panduro, Las Tetas de Teresa, La Tabla del Gato…).

En la margen derecha, frente a La Porrá, el Cerro del Trigo (que era llamado La Madre de los Lobos) constituyó otra zona de fuerte presencia guerrillera, vinculada a los huidos de Villaviciosa. La mayoría de estos maquis, de filiación política anarquista, acabaron integrados en la AGE (Agrupación Guerrillera Española), junto con otros muchos republicanos, de filiación socialista o comunista.

Senderos de la Memoria
Santa María de Trassierra – Puerto Artafi – Guadiato

Tras la Guerra Civil, miles de hombres y mujeres que habían defendido a la Segunda República se refugiaron en las sierras españolas, huyendo de pueblos y aldeas ante la represión franquista generalizada. Entre 1940 y 1952, los montes de Córdoba y Villaviciosa acogieron numerosos grupos de huidos, que pronto se organizaron en agrupaciones guerrilleras, bien coordinadas y con una estructura de mando unificado. El 11 de Julio de 1947, en el cercano barranco de La Huesa, fueron sorprendidos y muertos por la Guardia Civil los cinco Jefes de la Tercera Agrupación Guerrillera, cuyo líder era Julián Caballero Vacas, con lo que se inicia el declive y la final eliminación de la presencia de la «gente del monte» en esta zona de la sierra.

Los «senderos de la memoria» pretenden presentar cómo era el territorio y la vida en la sierra durante ese periodo, abordando los rasgos naturales y sociales -ya desaparecidos en gran medida- que hicieron posible la existencia prolongada de la guerrilla antifranquista. Reconoceremos así, a lo largo de las paradas establecidas, en los itinerarios, la cubierta vegetal de maquia o monte alto que les sirvió de refugio, su hábitat en chozos y abrigos rocosos y los indispensables aguaderos, junto los no menos necesarios factores humanos: la sierra habitada por rancheros, pastores, jornaleros y pequeños arrendatarios, que constituían el soporte social de la guerrilla (los enlaces), y la sierra abierta, surcada por una densa red de senderos y vías pecuarias, auténticas venas por las que circulaban recursos o personas, y que permitía a enlaces y guerrilleros desplazarse, huir y comunicarse a lo largo y ancho de la Sierra Morena.

Rutas por Córdoba

Paseo por La Sierra y Las Ermitas: De entre los bellos paisajes de la sierra, cabe destacar las misteriosas y famosas ermitas. Para acceder a ellas, debe subirse en dirección hacia la Arruzafa, sobrepasar el parador turístico y llegar por la carretera comarcal CO-110. Son una agrupación de curiosas y pequeñas edificaciones, que hoy se encuentran custodiadas por los carmelitas, después de que la Congregación de los Ermitaños de Belén se extinguiera en 1957.

Las variadas ermitas cordobesas aúnan la pequeña cueva y una modestísima vivienda donde residen cada uno de los ermitaños. Estas construcciones se encuentran documentadas desde el siglo XV, aunque desde muchos años antes ya encontramos referencias a las mismas. Estas ermitas están asociadas al anacoretismo cristiano que sobrevivió en la sierra cordobesa en los primeros siglos del Califato Omeya, antes de la llegada de los almohades y almorávides, mucho más intolerante con las demás religiones.

Del centro a los barrios: La Plaza de las Tendillas, alrededor de la estatua del Gran Capitán, es el gran centro comercial de la ciudad vieja de Córdoba, aunque hoy esté formada por una amalgama de edificios de reciente construcción. Desde ella, caminando por la calle de Claudio Marcelo, llegamos en poco tiempo al Templo Romano, cuya altura nos hace pensar que debió ser un gran edificio. A la espalda del Ayuntamiento de la ciudad se encuentra la Iglesia de San Pablo, construida en el siglo XIII, de estilo románico-gótica, fundada por Fernando III poco después de tomar la ciudad. Formada por tres naves, tiene un importante artesonado mudéjar, una capilla gótica, y junto a la sacristía una impresionante bóveda árabe, único resto árabe que queda en lo que fue una antigua mezquita.

Córdoba tiene un número importante de iglesias fernandinas como las de San Andrés, San Hipólito, San Miguel y San Pedro, aunque destaca la de San Lorenzo por su rosetón de filigrana en piedra, que recuerda a las iglesias románico-góticas del norte. También es muy original la Iglesia de Santa Marina, con grandes contrafuertes en la fachada que dan un aire de fortaleza más que de templo religioso, y en cuya nave central, más alta que las laterales, se puede observar la construcción de bellos ventanales góticos. La Iglesia de Santiago conserva como campanario el minarete de la mezquita que la precedió y la de San Nicolás, de un bello estilo gótico-renacentista, tiene una de las torres más bellas y originales de Córdoba con una planta octogonal y decoración mudéjar.

De la Plaza del Potro al Museo Arqueológico: No muy lejos de la Mezquita de Córdoba, río arriba, se encuentra la Plaza del Potro, uno de los centros de la vida cordobesa. En su época fue vivero y guarida de pícaros, y en su recinto se conserva una antigua posada nombrada por Miguel de Cervantes en El Quijote, posiblemente tras haberse alojado en ella. En el centro se erige una fuente con un potro que da nombre al lugar, en referencia a los buenos caballos que se criaban en los prados situados al otro lado del río. En la misma Plaza del Potro se encuentra el Museo de Bellas Artes, ubicado en el antiguo Hospital de la Caridad, que fundaron los Reyes Católicos. Conserva bellos artesonados y magníficos patios. También guarda una colección de tablas renacentistas, tres zurbaranes y varios lienzos dela escuela de Murillo y del taller de Ribera.

A poca distancia de la Plaza del Potro se encuentra la rectangular Plaza de la Corredera, con casas de ladrillo a un mismo nivel, con tres pisos de balcones sobre arcadas. En su época se llamó Plaza Mayor y Plaza del Mercado. Es una bella muestra de la arquitectura civil del siglo XVII, que fue lugar de representaciones teatrales, corridas de toros y autos de fe.

Entre la Plaza de la Corredera y la Mezquita se encuentra el Museo Arqueológico, situado en el bello palacio renacentista de los Páez. Es de obligada visita para conocer la prehistórica de la zona y, sobre todo, las valiosas obras de arte ibérico romano y visigodo encontradas en la ciudad y la provincia, así como del arte islámico, con objetos de la mezquita y Medina Azahara.

Paseo por el río y los molinos: En el margen opuesto del puente romano se encuentra la poderosa construcción de la torre árabe de la Calahorra, que fue reformada en 1630 y hoy guarda un museo dedicado a las tres culturas que convivieron en la ciudad: cristiana, musulmana y judía. Ante esta fortaleza, en el Campo de la Verdad, estuvo el arrabal que Al Hakem I asoló tras la sublevación de sus habitantes en el año 818.

En medio del río se encuentran los molinos, ya que el agua del río Guadalquivir fue bebida, sirvió de riego e impulsó los molinos para moler trigo y aceitunas junto a la ciudad. Los escalonados molinos, con sus represas aún conservadas en el cauce, son restos de construcciones musulmanas restauradas y utilizadas hasta nuestros días.

Junto a la muralla de la ciudad, aún se mantienen los cimientos de la gran noria de la Albolafia, la mayor de las que subían el agua. Ésta llegaba hasta detrás de los alcázares y regaba sus jardines.

La Judería, el barrio más antiguo de la ciudad: Junto a la mezquita, la Judería es el barrio más recoleto de la ciudad, el más antiguo que se conserva. Quizás el más bello. Su aspecto no difiere mucho del que debió de tener el resto de la urbe islámica, con sus patios de flores y sus calles estrechas y enjalbegadas. Aquí se encuentra una de las pocas sinagogas que se han conservado sin alteraciones hasta nuestros días. Construida en el siglo XIV, cuando Córdoba se encontraba bajo dominio cristiano, este pequeño recinto tiene el encanto de la discreción de los lugares hechos a la medida del hombre. Las mujeres estaban separadas del servicio ordinario, y se situaban en la planta superior. Fue transformada tras la expulsión de los judíos y la prohibición de su culto, llegándose a convertir en una iglesia.

La sinagoga tiene una techumbre de estilo gótico, pero sus muros está decorados con yeserías mudéjares que estaban de moda cuando la mandó construir Isaac Moheb, cuyo nombre aún se conserva en una de las bandas de la pared.

Fuente: Guía Práctica Ciudad de Córdoba | Ayuntamiento de Córdoba

Miradores en Córdoba

Mirador de la Umbría


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