Pueblos de Málaga - Municipios y Localidades Malagueñas
Málaga
Málaga
La ciudad de Málaga está situada en la costa del Mediterráneo meridional, a 50 millas náuticas del Estrecho de Gibraltar y a 520 kilómetros de Madrid. La capital registra una precipitación media anual de 470 l/m2 y la temperatura media se sitúa en 18,5º C
El centro de la ciudad de Málaga es una combinación de su antiguo trazado, de herencia islámica, cuya impronta aún conservan algunas vías como calle Granada, con las reformas urbanísticas del siglo XIX. La calle Larios constituye el eje principal del centro histórico. Son muchos los lugares de interés: por oriente la Barriada del Palo, con sus casas típicas de pescadores, sus calitas, desemboca en el Paseo Marítimo con sus playas. Hacia el centro, el Parque, la Catedral, el Castillo de Gibralfaro, la Alcazaba, y el Teatro Romano. Más arriba, la Plaza de la Merced, en una de cuyas casas nació el genial Picasso. Todo ello salpicado de numerosas iglesias y edificios civiles de interés. Dominando todo este conjunto los Montes de Málaga, Parque Natural de gran belleza.
Los primeros en pisar tierra malagueña fueron los fenicios quienes no solo encauzaron el proceso de civilización de las poblaciones indígenas malagueñas con su comercio, su moneda y alfabeto, sino que mejoraron la agricultura e incorporaron la metalurgia del hierro, el trabajo de los metales preciosos y la transformación artesanal de las pesquerías. Ellos fundaron Malaka, cuyo primer asentamiento estaba emplazado a los pies del monte Gibralfaro, en el espacio que hoy ocupa la Alcazaba. Durante esa época en la que Cartago dominaba el Mediterráneo, Málaga experimenta un desarrollo notable en sus fortificaciones al mismo tiempo que se va consolidando el puerto.
Más tarde llegarían los griegos y, posteriormente, los romanos a quienes se debe gran parte del entramado urbano actual y la comunicación con Sevilla y Granada. Con los romanos la ciudad pasa a llamarse Malaca si bien mantuvieron la misma morfología existente aunque añadiéndoles algunos edificios públicos. Los historiadores calculan que, por entonces, ese recinto romano tendría unos 6.000 metros cuadrados y estaría habitado por unas tres mil personas. La ciudad estaría defendida por las murallas y un pasadizo entre ésta y el muro fenicio. En la colina de la Alcazaba se situarían el templo, el teatro, etc. que formarían parte de una ordenación dispuesta en terrazas escalonadas sobre la ladera del monte Gibralfaro. La importancia de la zona se confirma con la gran cantidad de yacimientos encontrados, entre los que destaca el teatro romano descubierto en 1951.
Tras seis siglos de romanización y otros tres de dominación bizantina y visigoda, el Islam conquista la Península Ibérica y, con ella, el territorio malagueño. Durante la ocupación musulmana la ciudad vivió uno de mejores momentos, sobre todo en el ámbito comercial, situándose a la cabeza de la economía del reino. Un periodo de auge que finalizaría con la guerra de conquista del Reino de Granada. Fue durante la época nazarí cuando se consolida la organización y humanización del territorio malagueño. La producción agrícola es tan importante que se llegan a exportar variados productos como el aceite, las pasas, los higos, las almendras, o la seda, los cuales serán canalizados por el puerto sobre todo por los italianos, en especial los genoveses, que se establecieron en la ciudad y organizaron los mercados con el Noroeste de Europa, llegando incluso a construir un lugar fortificado llamado Castillo de Genoveses, que formó parte de la estructura urbana de la ciudad hasta principios del XVII.
La Málaga nazarí tenía un espacio urbano distribuido según el concepto islámico de ciudad: un núcleo principal (la Medina), una fortaleza defensiva que estaba unida a la residencia del poder (el conjunto de La Alcazaba-Castillo de Gibralfaro) y las zonas de crecimiento en extramuros (los «arrabales»). Por tanto, la Medina (actual centro histórico de la ciudad) reunía las principales funciones religiosas, comerciales y militares. Pero era en el complejo Alcazaba-Castillo de Gibralfaro (conjunto que actualmente se encuentra en un muy buen estado de conservación y que el turista puede conocer) el espacio de poder. La Alcazaba, fortaleza acotada y privada, se completa con el Castillo y con las «corachas» que eran fortificaciones formadas por una o dos murallas que partían del recinto fortificado. En cuanto a los «arrabales», los historiadores señalan la existencia de dos: el de la Fontanella, que se extendía desde la Puerta de Antequera a la Puerta de Granada; y el de los tratantes de Paja, denominado así por el geógrafo islámico Al-Idrisi, que se extendía al oeste del Guadalmedina, comprendiendo los barrios del Perchel y de la Trinidad.
Málaga se incorpora a la Corona de Castilla en 1487 después de un asedio que la obligó a sucumbir por hambre. Con la entrada en esta nueva época se va a producir un importante cambio en la forma de construir la ciudad, aunque subsistirá gran parte del entramado árabe. Los cristianos reorganizan la ciudad para adaptarla a sus costumbres y necesidades, aunque será en las nuevas construcciones, en la zona de expansión, donde se verá con más intensidad la nueva arquitectura. Básicamente se sustituyen las mezquitas por iglesias y se construyen nuevos edificios religiosos, sobre todo conventos. La actuación de mayor relevancia de la época en la ciudad intramuros fue la apertura de calle Nueva, llevada a cabo en 1491, para unir, mediante un trazado recto, la Plaza Mayor (actual Plaza de la Constitución) con la zona portuaria y dar una rápida salida al tráfico generado por el puerto. De esos conventos merecen especial atención los construidos en las afueras de la ciudad y en los bordes de los caminos históricos (camino de Granada, camino de Antequera, Camino de Casabermeja…). Son los conventos de la Victoria, de la Trinidad, de Capuchinos, de San Andrés y de Santo Domingo, actualmente, y como es lógico, todos dentro de la Málaga de hoy.
Después de este paréntesis, la capital vuelve a experimentar un crecimiento económico con el impulso del sector ganadero y agrícola. A este último se incorporan los cultivos de cereales y los viñedos. Un nuevo impulso comercial que atrajo hasta Málaga a un gran número de extranjeros que, en el siglo XVIII, suponían el 5 por ciento de la población. Tanto en el siglo XVII como en el XVIII, en los barrios del Perchel y de la Trinidad se desarrollaran unos nuevos tipos de construcción, los «corralones», que eran inmuebles organizados en torno a un patio central y de uso plurifamiliar. Hoy en día todavía quedan algunos en uso. Y es que en el siglo XVIII la ciudad experimenta un notable auge urbano e importantes cambios con grandes obras públicas. El origen de esta expansión está en el gran crecimiento demográfico, llegando a tener en 1789 casi 50.000 habitantes. Pero también fue la expansión agrícola y comercial, los cambios ideológicos, las nuevas instituciones (Consulado Marítimo y Terrestre o la Sociedad Económica de Amigos del País), la pérdida de la hegemonía de los gremios en favor de la burguesía comercial…. Todos estos factores supusieron grandes cambios urbanos, con pérdida del valor de las estructuras militares (se empieza a derribar la muralla), se consolida la ciudad conventual, se realizan grandes construcciones (la Aduana o el salón de la Alameda), se construyen caminos, se amplía el puerto, etc.
El nacimiento de Málaga, desde el punto de vista político y administrativo, fue en 1833. A la vez, y durante el siglo XIX, será cuando adquiera un importante protagonismo en el proceso de industrialización, convirtiéndose en la segunda provincia, en este sentido, de España (tras Barcelona). Este proceso estará en manos de unas cuantas familias (los Loring, los Larios y los Heredias) quienes constituirán la oligarquía de la burguesía mercantil local. Pero no solo impulsarán la industria sino todas las operaciones y necesidades relacionadas con ellas: el ferrocarril Málaga-Córdoba, el Banco de Málaga, las compañías de seguro, etc. Las consecuencias inmediatas de este proceso sobre la morfología de la ciudad serán el asentamiento de fábricas y almacenes así como la aparición de barrios obreros (Huelin, La Pelusa y El Bulto) sobre todo en la zona oeste, desarrollada por las grandes obras de equipamientos infraestructurales: el ferrocarril y su estación, terminados en 1865; y los diques y muelles del puerto que, hacia 1895, se amplían marcando las actuales líneas básicas.
Pero una crisis económica generalizada en el último tercio del siglo XIX hundiría la industria y economía malagueña de la que no logra salir hasta la época de los años 60 del pasado siglo. Se produce el fenómeno de desindustrialización el cual, unido a un nuevo crecimiento demográfico, genera un hacinamiento constructivo. Así Málaga pasa de tener casi 90.000 habitantes en 1870 a tener más de 134.000 en 1887. Este periodo coincide en el tiempo con los procesos de desamortización, desarrollados a partir de 1835, así como con los de renovación urbana y reforma interior. La desamortización en Málaga fue especialmente importante, dado en número de edificios religiosos que existían. Se destruyen conventos como los de San Bernardo, Santa Clara, el Ángel, el de Santa María de la Paz, el de las Capuchinas o el de la Merced, entre otros, dando lugar a una transformación del núcleo histórico. Y se construyen nuevos edificios civiles, como los que se edifican en los solares de las Atarazanas o en la Alhóndiga. De todos los proyectos de reforma interior destaca la apertura de calle Larios, que comprendía también la construcción de 12 manzanas de edificios. Este proyecto se llevó a cabo por la Sociedad Mercantil «Hijos de M. Larios» y se ejecutó tan solo en cuatro años. Desde su inauguración, la calle Larios se ha mantenido hasta hoy como la más significativa de la ciudad y ejemplo de una correcta intervención sobre la trama histórica de la ciudad. De esta época también es el Parque, obra que aporta a Málaga calidad medioambiental.
No obstante, en este periodo de crisis las carencias en infraestructura se agudizan. Será durante la dictadura de Primo de Rivera cuando los temas urbanos vuelvan a tener interés. Es una época en la que aparecen los núcleos periféricos (El Palo, Torremolinos,…) y las llamadas «casas baratas» en zonas como Carretera de Cádiz, Camino Suárez, Trinidad… siendo Ciudad Jardín la mayor realización residencial de esta etapa de crecimiento. Tras la dictadura, Málaga entra de nuevo en la atonía urbana. Con la irrupción de la Guerra Civil el proceso urbano se detiene y, acabada ésta, empezará el periodo de reconstrucción, que se plasmará en la construcción de numerosas barriadas «autárquicas» situadas junto a los principales ejes. Estas serán construidas por la Administración a través de la Obra Sindical del Hogar y el Instituto de la Vivienda, destacando el barrio de Carranque, construido en 1955 con 2161 viviendas. Por lo demás no se producirán transformaciones de entidad a excepción del derribo de la manzana de la Marina y la unión del Parque con la Alameda. En esta época se construyen importantes equipamientos de carácter administrativo (la Casa de la Cultura -hoy en día derribada-, el Palacio de Justicia, el edificio de Sindicatos, etc.).
A finales de los años 50 del siglo XX, es cuando en la Costa del Sol se inicia un espectacular desarrollo turístico, que dará lugar a la entrada de importantes contingentes de emigrantes y que provocará un gran auge constructivo. La población en 1960 era superior a los 300.0000 habitantes y en 1975 era de más de 410.000. Paralelamente a este proceso la economía urbana se terciariza. La compleja situación urbana hizo que diversos colectivos empezaran a demandar una nueva manera de construir.
Hoy en día Málaga es una ciudad cosmopolita, con más de 545.000 habitantes, que está en un continuo proceso de transformación y recuperación de espacios para el ciudadano y el visitante. Es el motor de la economía andaluza, con un enorme tirón en la construcción y en el turismo. Es la quinta ciudad de España por habitantes y su aeropuerto es también el quinto de España, tras Madrid, Barcelona, Mallorca, Gran Canarias y Tenerife. Además, cuenta con el Parque Tecnológico de Andalucía, el más importante de la comunidad, y auténtico motor de proyectos empresariales de alta tecnología. Con un puerto que es base de cruceros. Sin embargo, esta posición privilegiada, tanto en lo económico como en las comunicaciones, no la hace olvidar sus raíces históricas: Málaga es, ante todo, una ciudad abierta a todos, es una ciudad amable y de clima excepcional en la que, cualquiera que la visite, sentirá el cariño de los malagueños y disfrutará de unos magníficos días.
Fuente Historia: Diputación de Málaga
Monumentos de Málaga
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Otros Edificios y Monumentos
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Árboles y Arboledas Singulares en Málaga
- Ombú de Jotrón
- Mirto de Benefique
- Algarrobo de Casas Viejas
- Fresno del Cerro Santopitar
Monumentos Naturales en la Provincia de Málaga
- Cueva del Gato (Benaoján)
- Los Tajos del Alcázar (Alcaucín)
- El Tornillo del Torcal (Antequera)
- Nacimiento del Río Genal (Igualeja)
- Pinsapo de las Escaleretas (Parauta)
- Dunas de Artola o Cabopino (Marbella)
- Falla de la Sierra del Camorro (Cuevas de San Marcos)
- Cañón de las Buitreras (Cortes de la Frontera, Benalauría y Benarrabá)
- Mirador de la cuenca del Río Turón – Mirador del Guarda Forestal (El Burgo)
- Fuente de los Cien Caños – Nacimiento del Río Guadalhorce (Villanueva del Trabuco)
Parques Periurbanos de Málaga
- Sierra de Gracia
- Pinar del Hacho
- Dehesa del Mercadillo
Parajes Naturales de Málaga
- Sierra Crestellina (Casares)
- Torcal de Antequera (Antequera)
- Desfiladero de los Gaitanes (Álora, Ardales – Antequera)
- Paraje Natural Desembocadura del Guadalhorce (Málaga)
- Acantilado Maro-Cerro Gordo (Almuñecar en Granada – Nerja)
- Los Reales de Sierra Bermeja (Estepona – Casares – Genalguacil)
Humedales de Málaga
- Laguna Dulce (Campillos)
- Laguna Chica (Archidona)
- Laguna Salada (Campillos)
- Laguna de Toro (Campillos)
- Laguna Grande (Archidona)
- Laguna del Viso (Antequera)
- Laguna Redonda (Campillos)
- Laguna de Lobón (Campillos)
- Laguna de la Caja (Antequera)
- Laguna del Cerero (Campillos)
- Laguna de los Prados (Málaga)
- Laguna de Herrera (Antequera)
- Laguna de Capacete (Campillos)
- Laguna de Camuñas (Campillos)
- Laguna de la Marcela (Campillos)
- Laguna del Chaparral (Antequera)
- Herriza de los Ladrones (Alameda)
- Laguna de la Ratosa (Humilladero)
- Laguna de Cortijo Grande (Campillos)
- Laguneto del Pueblo (Fuente de Piedra)
- Laguna de Cantarranas (Fuente de Piedra)
- Desembocadura del Río Vélez (Vélez-Málaga)
- Desembocadura del Río Guadalhorce (Málaga)
- Laguna de Fuente de Piedra (Fuente de Piedra)
Paisajes de Interés Cultural de Málaga
- Paisaje de Teba
- Paisaje de Ronda
- Paisaje de Acinipo
- Paisaje de Casares
- Paisaje de Gaución
- Paisaje de Bobastro
- Paisaje de El Burgo
- Paisaje del agua de El Chorro
- Paisaje agrario del Alto Genal
- Paisaje del agua de la Cueva del Gato
- Paisaje recreado de la Peña de los Enamorados
- Paisaje de los pueblos de la Axarquía Occidental
- Paisaje de la defensa litoral de Maro a Cerro Gordo
Cortijos, Haciendas y Lagares de Málaga
– Cortijo Jurado
– Lagar lo Rute
– Lagar Cotrina
– Lagar de Jotrón
– Lagar de Chinchilla
– Cortijo Colmenares
– Hacienda de Santa Tecla
– Lagar de Torrijos o Casa Benefique
Gastronomía y Artesanía
A las playas de Málaga arriban cada amanecer los pescadores que han faenado toda la noche entre la pacífica calma del Mediterráneo. A las lonjas de los puertos llega el cargamento de herreras, pijotas, boquerones y sardinas; de rape, merluzas, corvinas y pargo; de calamares, chocos, sepias y pulpos. Con tan excelente pescado se hilvana un recetario popular que tiene en el aceite de oliva su otro contrapunto.
El pescaíto frito es uno de los mayores manjares de la gastronomía andaluza. En barrios de tradición pescadora como El Palo y El Pedregalejo existen chiringuitos a pie de playa donde es posible degustar espetos de sardinas asadas en barcazas varadas en las orillas de la mar. Los boquerones vitorianos son acompañados con una ensaladilla de pimientos. En el centro de Málaga abundan las tascas y tabernas donde no faltan productos del cerdo ibérico. En los restaurantes de la capital el pescado se prepara de mil formas diferentes. Desde arroces con mariscos hasta zarzuelas y sopas.
En cuanto a la artesanía malagueña, destaca la alfarería, cuya producción más importante está en Ronda, Estepona, Coín, Málaga, Torremolinos, Cártama, Fuengirola, Rincón de la Victoria y Vélez. Otras producciones de tipo cerámico de gran interés y belleza se localizan en Málaga (azulejos y esmaltes, cerámica de diseño, terracotas, modelado y belenes).
La madera es otra de las actividades artesanales que destacan en la provincia de Málaga, mereciendo una mención especial la relacionada con el mueble de Ronda y Marbella. La artesanía el metal se encuentra muy extendido y destacan los trabajos en hierro en forja de rejería y lámparas. Algunos productos de gran belleza, relacionados con el folclore como los sombreros de las pandas de verdiales pueden adquirirse por encargo en las poblaciones como Almogía o Comares.
Fiestas y tradiciones
Tras las fiestas de Navidad y Reyes la ciudad se prepara para acoger los Carnavales en el que participan numerosas agrupaciones de comparsas y chirigotas, disfrazadas con motivos y estéticas de lo más variopinto. Tras la cuaresma tiene lugar la Semana Santa, declarada de Interés Turístico Internacional.
La Semana Santa de Málaga es una de las grandes celebraciones de la ciudad. Aquí no hay pasos, como en la mayoría de los pueblos y ciudades andaluzas, si no inmensos tronos que rivalizan en belleza y dimensiones. Las imágenes de expresión dolorida y barroca concitan el fervor de la ciudadanía. El Cautivo procesiona el Lunes Santo, El Rico (que tiene por costumbre liberar a un preso) y La Expiración lo hacen el Miércoles Santo, mientras que La Esperanza y la Buena Muerte, acompañado por soldados de La Legión, pasean las calles de la ciudad el Jueves Santo. El día 16 de julio, festividad de la Virgen del Carmen, los malagueños pasean a la patrona de los marineros por aguas cercanas al puerto.
Pero será en agosto cuando la ciudad se vista de largo para acoger su feria mayor. La gran fiesta del verano de la Costa del Sol tiene dos sedes. Por la mañana, la feria de día se celebra en la calle Larios y en sus inmediaciones, mientas que a la caída de la noche la animación se traslada al real situado en el Cortijo de Torres. En el día de los Santos Inocentes, 28 de diciembre, pandas de verdiales compiten ante miles de ciudadanos. Entre los acontecimientos culturales destaca el festival de Cine Español que tiene lugar en primavera o la programación del Otoño Cultural.
Rutas por Málaga
El mar hace que Málaga sea cruce de culturas. Por el mar llegaron fenicios, griegos, cartagineses, árabes. Por el mar se desarrolló la ciudad con un gran comercio que la llevó en el siglo XIX a ser una de las ciudades industriales más importantes de España. Las huellas de los distintos pueblos se encuentran esparcidas por distintos puntos de la ciudad.
También está la Málaga moderna y contemporánea, la Málaga del futuro, la de las nuevas tecnologías. Pero también es la Málaga de los escritores, la de la Generación del 27, la Málaga picassiana, la del cine, en definitiva, la Málaga cultural y cosmopolita que acoge a todo el mundo.
Por la Málaga antigua y medieval: Comenzamos esta ruta al pie de la Alcazaba, donde se encuentra el Teatro Romano, que se construyó aprovechando la ladera de un monte. Si miramos hacia arriba, vemos el único patrimonio que queda de la Málaga medieval, la Alcazaba, fue construida en la época de los Reinos de Taifa por el rey Badis. Es de planta irregular muy alargada, ya que como todos los recintos militares está condicionada por el terreno donde se ubica. En su interior, el rey Badis construyó un palacio. Después de la conquista de la ciudad en 1487, la Alcazaba conservó su importancia militar hasta el siglo XVIII.
Tras recorrer ese recinto, con sus torres, arcos y patios visitamos los jardines de Puerta Oscura, para posteriormente trasladarnos al Castillo de Gibralfaro, ubicado sobre el cerro del mismo nombre. Al parecer este castillo sirvió de prisión de algunos príncipes hammudíes. La principal función de este castillo era estratégica, por su privilegiada situación. Una prueba de su fortaleza inexpugnable, es su guarnición, resistió dos días más, después de que Málaga fuera conquistada por los Reyes Católicos.
Durante el periodo islámico, Málaga se extendió por el actual Centro Histórico, y desde el siglo Xi se expandió al norte y al oeste mediante arrabales.
Iglesias y conventos por el centro histórico: Comenzamos este recorrido en la calle del Cister, situada frente al Palacio de la Aduana y llegamos a la Abadía de Santa Ana de Recoletas Bernardas del Cister, fundada en 1604, en el mismo convento de Jesús y María. En 1873 fueron expulsadas las religiosas y el convento fue desamortizado, aunque en 1878 se reconstruye el actual templo conventual, que se compone de una pequeña nave dividida en dos tramos que se cubren con una bóveda de medio cañón. En esta abadía se encuentra actualmente el Museo diocesano.
Continuando por la calle del Cister, a la izquierda tenemos la calle de Afligidos, al fondo cerrando el adarve encontramos la casa donde vivió, trabajó y murió el escultor Pedro de Mena. Continuando en dirección a la Catedral, en la derecha tenemos el Palacio de Zea Salvatierra, que se edificó a finales del siglo XVII y principios del XVIII. Durante el reinado de Isabel II fue sede del Ayuntamiento de Málaga. En su interior existe un patio central, remodelado en el siglo XIX, formado por arquerías sobre columnas de mármol y con capitel corinto.
Enfrente se alza la Catedral de Málaga, el monumento más significativo de Málaga. Este templo se construyó sobre la Mezquita-Aljama, que estuvo durante ocho siglos en el periodo musulmán. Tras un recorrido por la Catedral y sus valiosas obras, encontramos frente a la portada del Sagrario, el Hospital de Santo Tomás, una de las instituciones más antiguas de Málaga, fundada en 1505.
Atravesando la calle Molina Lario, llegamos a la calle Santa María, y a su izquierda se encuentra el Palacio Episcopal, formado por un conglomerado de diversas construcciones y estilos, debido a las numerosas transformaciones que ha recibido a lo largo de los siglos.
Una visita a la Málaga del siglo XIX: Las principales transformaciones que tuvo la Málaga medieval tuvieron lugar en el siglo XIX, cuyo resultado hoy es muy visible. Lo que más contribuyó a los cambios fueron la desamortización de los bienes civiles y religiosos, provocando un «boom» urbanístico.
Comenzamos el paseo en la estatua del marqués de Larios, para recorre la calle que lleva su mismo nombre, y que se encuentra peatonalizada, y que busca la unión de la plaza con el puerto. La calle fue proyectada por el arquitecto municipal Joaquín Rucoba en 1882 con el nuevo estilo arquitectónico surgido en al Escuela de Chicago. La apertura de la calle Larios, actualmente muy comercial, supuso una honda transformación de la ciudad.
Continuando hacia la Plaza de la Constitución llegamos a la calle de Granada, que en su primer tramo conserva algunas muestras de arquitectura decimonónica. A su izquierda está la calle Santa Lucía y la calle de Luis de Velázquez, donde existe un amplio repertorio arquitectónico y donde se distribuyen los huecos con simetría y regularidad, con decoraciones que van desde los clásicos hasta los neomedievales.
Regresando a través de diversas callejuelas, a la calle de Granada, llegamos a la Plaza del Siglo, que surgió de la demolición del convento de Santa Clara. En esta zona llama la atención el hecho de que se conserven cadi todas las casas que fueron construidas entre 1870 y 1880. Subiendo por la Calle Granada, a la izquierda nos encontramos con la C/ Méndez Núñez, que desemboca en la Plaza de Uncibay, cuya última remodelación tuvo lugar en 1989, a cargo de José F. Oyarzábal y Luis Bono, que transforman la plaza en un doble nivel con separación ondulante, presidida por un obelisco farola de reminiscencias vienesas y con una fuente de bronce, realizada por José Seguiri.
Desde la Plaza de Uncibay subimos por la C/ Casapalma y llegamos a una placeta donde se encuentra el Teatro Miguel de Cervantes, que fue realizado por Jerónimo Cuervo en 1870. De planta rectangular, se inscribe en él un cuerpo de herradura que constituye el patio de butacas, la decoración también la realizó el propio Cuervo. Finalizamos el recorrido en la Plaza de la Merced donde se halla la casa natal de Picasso.
De la Victoria al Perchel: El Santuario de Nuestra Señora de la Victoria, situado en la plaza del mismo nombre, es el lugar que ocuparon las tropas de Fernando el Católico durante su asedio a la Málaga musulmana. El templo, inicialmente fue fundación de los frailes Mínimos de finales del siglo XVi, y en él se venera a la Virgen de la Victoria, patrona de Málaga. La actual iglesia se inauguró en el año 1700. Obra del arquitecto Felipe de Unzurrúnzaga, con la intervención de fray Alonso de Berlanga, la iglesia es de cruz latina y centrada la atención en el altar mayor y el camarín-torre, donde se encuentra la Virgen. En su nivel inferior se encuentra la cripta con decoración en blanco y negro, y donde está el panteón de los Condes de Buenavista. El camarín, octogonal, aparece cubierto de yeserías de hojas carnosas, flores, frutos, querubines, cartelas y símbolos marinaos, que junto a los espejos cobijan la imagen de la Virgen con el niño, una imagen de la escuela centroeuropea, que según la tradición, fue donada por el emperador Maximiliano I a los Reyes Católicos.
Saliendo de la plaza del Santuario en dirección sur, llegamos a la C/ de la Victoria que constituye el eje de este barrio popular y burgués, como lo demuestra la presencia de palacios regionalistas, de viviendas populares y de la Ermita del Rescate, en la esquina con C/ Agua. A la derecha, están los barrios de Las Lagunillas y de la Cruz del Molinillo. La C/ de la Victoria finaliza en la Plaza de la Merced. De aquí se baja por C/ Álamos, que junto con C/ Carretería marcaban los límites de la muralla de la Málaga Musulmana.
Fuente: Guía Práctica de la Ciudad.
Cómo llegar a Málaga
Desde cualquier punto de la Costa del Sol, tanto en la zona occidental como en la oriental, hay que tomar la autovía A-7 (N-340), en la que los accesos a Málaga están perfectamente señalizados. Si el visitante procede del interior de Andalucía, primeramente debe tomar la indicación de Antequera. En este punto se accede a la autovía A-45 (N-331), que conduce a Málaga.
Distancias desde Málaga
Jaén 173 km
Cádiz 235 km
Huelva 314 km
Sevilla 200 km
Madrid 543 km
Almería 199 km
Córdoba 167 km
Granada 131 km
Museo del Vidrio y Cristal de Málaga
Las extraordinarias pinturas de su fachada, un edificio del Siglo XVIII, y su estructura interior nos hablan de la singularidad del museo. Se pueden admirar unas 3.000 piezas de cristal, acompañadas por una importante representación de obra pictórica, mobiliario y objetos de decoración que corresponden a diferentes periodos históricos, creando una atmósfera mágica en el contexto doméstico en el que vivieron sus primeros propietarios.
Senderos
Sendero Ciudad Jardín – Puerto de la Torre
Embalses
Embalse El Agujero
Embalse de El Tomillar
Embalse de El Limonero
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