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Pueblos de Huelva

Encinasola

Pueblos de Huelva

Encinasola

La localidad de Encinasola está situada en la parte septentrional de la provincia de Huelva, en el límite con la de Badajoz, incluida en el Parque Natural de la Sierra de Aracena y los Picos de Aroche, uno de los espacios protegidos más importantes de la Comunidad y que ocupa todo el norte de la provincia con sus dehesas y pequeñas elevaciones cubiertas, predominantemente, de bosques de encinas, alcornoques, castaños y monte bajo, por donde cursan numerosos arroyos, conformando un paisaje de extraordinaria belleza y atractivo, ideal para la ganadería, especialmente para el cerdo ibérico, que encuentra aquí unas condiciones ideales.

Encinasola limita con los municipios vecinos de Oliva de la Frontera, Fregenal de la Sierra, Higuera la Real, Rosal de la Frontera, Aroche y Cumbres de San Bartolomé. También con Amareleja y Barrancos (Portugal).

Su nombre procede de un árbol solitario en el que se reunían los contrabandistas fronterizos, según la leyenda. En la actualidad tienen interés el antiguo Castillo árabe y los dos fortines o baluarte que flanquean el pueblo. También la Iglesia de S. Andrés, la Ermita de S. Juan y la de los Santos Mártires

La historia de la ocupación humana del término municipal de Encinasola, está volcada a la existencia de una importante red hidrográfica conectada al río Guadiana (Múrtiga, Sillo, Caño, Valquemado, etc.). A lo largo de estas venas de agua se han ido produciendo asentamientos permanentes desde los inicios de la Edad del Cobre, a lo largo del III milenio antes de Cristo (a.C.)

Entre los asentamientos de este momento cabe citar a la primera ocupación de la Peña de San Sixto, y a los poblados de la Huerta del Picón y Sierra Herrera.

A lo largo de la Edad de Bronce (II milenio a. C.), a medida que va creciendo la importancia de la metalurgia, la población se concentrará en lugares estratégicos en relación a la explotación de alguna mina. Este es el caso del poblado situado en la Sierra de la Lapa (siglos X-IX a.C.) en el que se centralizarán las operaciones mineras de los filones de la mina Diamante (los Guijarros).

Con la llegada de los primeros ejércitos romanos al Guadalquivir a principios del siglo II a. C., se intentó frenar la incursión y la rapiña de estos pueblos serranos. Los encuentros con los ejércitos romanos serían numerosos y el saqueo de sus ciudades practica común.

La ingeniería romana pronto descubrió las posibilidades mineras de la comarca y se dedicó a la explotación sistemática. Todas las minas de Encinasola presentan signos de minería romana y las escorias de las fundiciones son abundantes en el término municipal.

La crisis de esta minería en el s. II después de Cristo a raíz de la conquista de nuevos territorios con más posibilidades mineras (Dacia, Britania, etc.) provocó otra vez una crisis demográfica que ocasionó el abandono definitivo de la ciudad de San Sixto.

Este abandono de la población se mantuvo hasta la segunda mitad del siglo VIII después de Cristo cuando la zona fue disputada por Castilla (orden del templo)y Portugal (orden del hospital). La construcción del castillo de Encinasola en tiempos de Alfonso X El Sabio permitió el establecimiento de una pequeña aldea (Acinhasola), que con el tiempo se ha convertido en el núcleo urbano de este territorio.

La primitiva población de Encinasola procedía del reino de León, especialmente de Galicia, aunque también llegaron de León y Salamanca. La protección de estos lugares contra las pretensiones portuguesas correrían a cargo de la Orden del Temple establecida en Fregenal de la Sierra.

Solucionado el problema fronterizo, la disputa de la zona de la Contienda la llevaron a cabo Encinasola, Aroche, y Moura. Hasta el siglo XVI no se llegaría a un primer acuerdo de división (Concordata), pero las disputas seguirían ininterrumpidamente hasta el siglo XIX (1894), año en el que se realizó la partición definitiva.

El incremento demográfico de la población sería intenso pues en el siglo XV habitantes de Encinasola y Cumbres de San Bartolomé repueblan barrancos, en un momento en que la corona portuguesa hubo de tener problemas para fomentar la repoblación de estos lugares.

El encontronazo de estas poblaciones hermanas surgió con motivo de la guerra de la Restauración de Portugal (s. XVII)en la que se multiplicaron las algaradas de castellanos y portugueses en los dominios de sus vecinos. Ante estas amenazas la población se refugian en los fuertes de San Juan y San Felipe, construidos al final del S.XVI.

Durante la Guerra de la Independencia, la población se hizo fuerte en los baluartes de San Juan y San Felipe ante las tropas francesas. Después de diez días de asedio, capituló y las tropas francesas se ensañaron con la población.

A mediados del siglo XIX, la aduana terrestre permitía una importante actividad comercial con Portugal, adonde se exportaban numerosos productos.

Actualmente, los 2054 marochos basan su economía en los aprovechamiento forestales y ganaderos, apoyados por actividades agrícolas menos extendidas.

Monumentos de Encinasola / Qué ver y visitar

Ayuntamiento
Fuerte de San Juan
Ermita de San Juan
Torre de San Felipe
Iglesia de San Andrés
Castillo de Encinasola
Ermita de los Santos Mártires
Ermita de Ntra. Sra. de Flores
Iglesia de San Felipe y San Cristóbal

Ermita de Ntra. Sra. de Flores S. XVI
Interesante edificio de transición de la arquitectura serrana entre los siglos XVI y XVII, inspirado de un purismo muy especial.

Se trata de una ermita de planta rectangular, con cabecera cuadrangular y pórtico. De la primera fase, siglo XVI, constructiva destaca el diseño de la planta y las portadas manierista. En la segunda, siglo XVII, los pórticos y la espadaña. Y de la tercera, siglo XIX, camarín de la cabecera y el abovedado de las naves.

Del interior de la ermita destacan el retablo barroco y unas pinturas murales del XVIII. No obstante la talla más importante es la Virgen de Flores, patrona de Encinasola, obra anónima sevillana del siglo XVI, pero a causa de la gran devoción que se le profesa, ha sufrido múltiples transformaciones. En su honor se celebra una de las romerías más antiguas y peculiares de Huelva celebrada el Lunes de Albillo.

Torre de San Felipe
Encinasola sufrió con especial intensidad, junto con su vecina Aroche, las incursiones portuguesas de 1642. Con este motivo, se decidió la construcción de dos torres, las cuales se ejecutaron según diseño del ingeniero militar Rafael de Médicis y vendrían a completar la defensa de la población que ya realizaba el castillo, de origen medieval. En 1646 ya estaban terminadas.

La que habría de conocerse como Torre de San Juan se situó sobre el Cerro de la Horca, mientras que la llamada después Torre de San Felipe lo hacía sobre la Peña del Murillo. Las dos torres, que reproducen el esquema de las almenaras de la costa onubense, están alineadas entre sí y con el castillo. Ambas poseen una estructura levemente troncocónica, coronada por unas plataformas donde se emplazaba la artillería. La Torre de San Juan fue rodeada en 1647, con probable proyecto de Rafael Médicis, por un fuerte de planta estrellada con cuatro puntas, circundada por un foso, que se conserva en la actualidad.

Caseta de Flores
La construcción de la denominada Caseta de Flores se fragua durante los años 1935 y 1936, cuanto el Ayuntamiento de Encinasola cede al Estado los terrenos para su construcción, a raíz de que en la provincia de Huelva, y en concreto los pueblos fronterizos de Aroche, Encinasola y Rosal de la Frontera, en la sierra onubense, fueran aumentando considerablemente el número de contrabandistas debido a su situación estratégica con Portugal. Esta actividad comercial de intercambio de productos entre los habitantes de uno y otro lado de la frontera proliferó con más fuerza que nunca durante y después de la Guerra Civil Española, a pesar de ser un acto habitual en estas zonas desde hacía siglos.

Como consecuencia, se construyeron cuarteles como la Caseta de Flores para el Cuerpo de Carabineros, que eran las fuerzas españolas encargadas de la vigilancia de costas y fronteras, así como de la represión del contrabando. Por el lado portugués, la Guardiña controlaba la frontera y si detenía algún contrabandista lo devolvía a las autoridades españolas. En la actualidad la Casetas de Flores alberga un Centro de Interpretación de la Naturaleza. Para el contrabando se utilizaron rutas transfronterizas, diseñadas de forma estratégica atendiendo a las características del terreno y a su vigilancia, como la que une la localidad de Barrancos (Bajo Alentejo) y Encinasola (Huelva), donde en las décadas en las que se practicaba en contrabando superaba en un 40% la población actual, debido al beneficio que generaba la actividad.

Yacimientos Arqueológicos

Dólmenes.
Edad de Bronce.

Urbanismo

Fuentes de San Felipe y San Juan.

Puente de los Cabriles – Colada del Camino de la Contienda

Centenario puente sobre el Río Múrtigas, arteria fluvial de alto valor ecológico del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, en el término municipal de Encinasola. Originario de los siglos XV-XVI, con una longitud total de 68,90 metros, se configura con cinco vanos y sus tajamares, recibiendo el nombre de «los cabriles» en atención a la representación de aquellos en forma de cabezas de carnero. La construcción de este puente sirvió para comunicar la villa de Encinasola y La Contienda. Actualmente constituye un hito de parada obligada, formando parte de diferentes rutas turísticas, entre ellas el itinerario enlace para la promoción y dinamización del Patrimonio Cultural y Natural de la región transfronteriza del Bajo Guadiana (Algarve, Alentejo y Andalucía).

Gastronomía de Encinasola

Encinasola cuenta con su inimitable «guisado de morcilla lustre», sus típicas migas y, como buen pueblo serrano, exquisitas chacinas. Pero no podemos olvidar el «gurumelo», seta comestible y muy apreciada.

En repostería destacan el «prestín» (pestiño), típico de las fechas navideñas, las perrunillas, las tortas de chicharrón y los brazos gitanos.

Fiestas y Tradiciones

  • Cabalgata de Reyes Magos
  • Fiestas de Carnaval
  • Concurso Provincial de Fandangos “Villa de Encinasola” (mediados de agosto)
  • Corpus Christi
  • Feria de septiembre (a partir del segundo jueves de septiembre)
  • Hogueras de Navidad y Nochevieja
  • Fiestas en honor de la Virgen de Roca Amador (primer domingo de agosto)
  • Romería de la Virgen de las Flores (viernes posterior al Domingo de Resurrección)
  • Festividad de San Andrés (fin de semana del 30 de noviembre)
  • Semana Santa

Cómo llegar a Encinasola

Salir de Huelva en dirección: San Juan del Puerto – Trigueros y Fregenal de la Sierra. En los alrededores de San Juan del Puerto, girar a la derecha: N-435 en dirección: Trigueros – Badajoz. Atravesar Higuera la Real. Continuar en: C-439 hasta Encinasola

Distancias desde Encinasola

Aroche 41 km
Sevilla 135 km
Huelva 136 km
Aracena 49 km
Cortegana 43 km
Cumbres Mayores 26 km

Fuentes y Manantiales de Encinasola

  • Pilar de Acá
  • Pilar de Allá
  • Fuente del Rey
  • Fuente de la Cobijá
  • Pilar de Sierra Herrera
  • Fuente de la Campanilla

Pilar de Acá: situada al sur del casco urbano, a unos 300 m del mismo, en un cruce de camino. El agua de esta fuente llega desde la Huerta de Teresa, por conductos antiguos. Se encuentra en el Cruce del Cordel del Camino de Jerez de los Caballeros, con el camino de la Contienda (Colada).
Sencilla construcción compuesta por un depósito de agua, la fuente propiamente dicha y un abrevadero para el ganado construido en granito.
Durante siglos ha constituido uno de los más importantes puntos de abastecimiento de Encinasola. El aspecto actual se debe a las obras que tuvieron lugar en el año de 1893, que fueron sufragadas por parte de los fondos legados por Don Juan Gualberto González Bravo.

Senderos en Encinasola

Sendero Puente de los Cabriles


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