Monumentos en Málaga
Frigiliana – Mosaicos de la Rebelión de los Moriscos
Mosaicos de la Rebelión de los Moriscos
En nuestra visita a la localidad de Frigiliana realizada el 29 de Enero del 2017, hacemos la ruta de los Mosaicos de la Rebelión de los Moriscos. Ruta altamente recomendada por el Barrio Morisco donde podemos apreciar sus calles limpias y encaladas. Existen 12 mosaicos diseminados por sus calles empinadas y adornadas.
El primero de estos mosaicos se encuentra pasado Los Reales Pósitos, a un par de minutos de la Casa Solariega de los Condes (El Ingenio), en la C/ Hernando El Darra.
Mosaico 1 (La Tierra)
«La Sierra de Bentomíz cae en los términos de la ciudad de Vélez. Toda esta tierra fértil poblada de muchas arboledas, abundante de aguas frías y saludables que baxan entre las peñas. Alcanza un cielo tan claro, que haciéndola amenísima, cria los hombres ligeros, recios y de tan grande ánimo, que antiguamente los Reyes Moros los tenían por los más valientes, más sueltos y de mayor efeto que había en el reyno de Granada. Tenía veinte y dos lugares poblados de gente rica, entre ellos, Fragiliana».
Mosaico 2 (La Gente)
«Manteníase esta gente con sus oficios en aquellos lugares, casábanse, labraban la tierra, dábanse a su vida sosegada. Siguiéronse luego ofensas en su ley, en las haciendas, y en el uso de la vida, por que la Inquisición los comenzó a apretar más de los ordinario. El Rey les mandó dejar la habla morisca, quitóseles el hábito morisco, hubo fama que les mandaban tomar los hijos y pasarlos a Castilla, vedáronles los baños, la música, cantares, fiestas, bodas y cualesquier juntas de pasatiempo. Todo era confusión, sospecha y temor».
Mosaico 3 (La Revuelta)
«Andrés el Chorairán monfí natural de Sedella, concitó los ánimos de los suyos para escitarles a la rebelión. La gente moza que comenzaba a alborotarse la contuvo el morisco Luis Mendez, hombre influyente en Canillas, pero no pudo evitar que atacaran una venta de un cristiano, ni que mataran en ella a varias personas. Acudió el Juez de Vélez Pedro Guerra y muchos inocentes moriscos, entre ellos Luis Mendez que había impedido la revuelta, fueron presos y cargados de cadenas y sometidos a crueles tormentos».
Mosaico 4 (Los Jofores) – Mosaicos de la Rebelión de los Moriscos
«Días después trasladáronse en romería, almorabito de la Rábita de Canillas para impetrar la protección de Alá y el viejo musulmán dirigió la palabra a la muchedumbre, exhortándoles a que no abandonasen el lugar.»
«Cuando en un momento de la sublevación los moriscos decidieron abandonarlo para unirse a los de otro lugar más seguro, el peñón de Frigiliana, un viejo, el Jorrón de Leimón, protestó del acuerdo, porque decía que aquel había sido lugar dichoso, donde habían tenido siempre, felices sucesos los moros.»
Mosaico 5 (La Identidad)
«Aun no era bien acabado de alzar el pueblo, cuando pareció en la plaza del lugar una bandera de tafetán colorado, ya deslucida de vieja, con unas lunas verdes muy grandes, que la tenía guardada Francisco de Roxas, Morisco de aquel lugar, que había sido de sus pasados en tiempo Moros. Alzados los vecinos de Canillas de Aceytuno; los de Cómpeta movidos por Martín Alguacil, hombre noble y de mucha autoridad, tomoaron las armas, y ataviándole con ricos almayzares de seda y oro, le pusieron sobre una mula blanca y llegaron todos a besarle la mano y la ropa».
Mosaico 6 (El Éxodo)
«En los últimos días de Abril de 1569, esta gran concentración humana, cerradas las puertas de sus casas, abandonados sus hogares, despobladas las alquerías, campos y caseríos, portando sus ajuares, herramienatas y armas, puso rumbo a Frigiliana. Sólo nos resta imaginar la gran polvaredas de almas destacada en las alturas del Mayarín, atravesando cerros y arroyos, camino de la triste senda que los conduciría a la muerte y la derrota. Llegados a Frigiliana se instalaron en la Cordillera del Fuerte, donde el 11 de Junio, día de S. Bernabé, fueron atacados por los cristianos».
Mosaico 7 (Los Adalides)
» Y pareciéndoles que estarían mejor todos juntos en el Peñón de Frigiliana, que era muy fuerte, y cerca del mar, enviaron a decir a los del fuerte de Sedella, que se viniesen a juntar con ellos; nombraron por su caudillo y capitán general a Hernando el Darra, que tenía entre ellos opinión de muy noble, porque sus pasados en tiempo de Moros eran alcaydes y alguaciles de Fregiliana.
Mosaico 8 (Los Cristianos)
» En la empresa tomaron parte fuerzas de mar a las órdenes de don Luis Requesens, de don Álvaro de Bazán y de don Sancho de Leiva. Esa Armada contribuyó eficazmente al buen éxito de la expedición, cooperando a operaciones tan brillantes como la del Peñón de Frigiliana, posición tenida por inexpugnable, y los acometió Requesens al frente de 6.000 hombres, entre los cuales se contaban 800 marinos».
Mosaico 9 (El Asedio)
«Las Christianas vanderas comenzaron a subir a toda priessa por la cuesta arriba, mas los Moros comenzaron a defender la subida, arrojando muchas piedras con una endiablada invención, y fue que tenían muchas ruedas de molino apercibidas, y por los ojos atravesados unos maderos muy largos, y estas arrojaban en derecho de las Escuadras de los Christianos que subían por la cuesta, y no avía rueda destas , que no se llevasse de camino cincuenta Soldados, si delante los hallaba».
Mosaico 10 (Las Moriscas)
«Hubo algunas Moras que pelearon como esforzados varones, ayudando a sus maridos, hermanos y hijos: y quando vieron el fuerte perdido, se despeñaron por las peñas más agrias, quiriendo más morir hechas pedazos, que venir en poder de Christianos. A otras no les faltó ánimos para ponerse en cobro con sus hijos en los hombros, saltando como cabras de peña en peña».
Mosaico 11 (La Diáspora)
«Ganado y saqueado el fuerte fueron captivas más de tres mil almas»
«Dentro del fuerte murieron quinientos hombres, la mayor parte viejos; mujeres y niños casi mil y trescientos. Cristianos fueron heridos más de seiscientos, muriendo en pelea pasados de trescientos soldados».
«El saco fué grande y se tomaron esclavos muchas moras y muchachos, aunque todo fué cobrado a precio de christiana sangre».
Mosaico 12 (El Holocausto)
Un angustioso silencio se hizo sobre la alquería de Frigiliana. Allí quedaba el monte abandonado, los cuerpos muertos, la voz viva de Martín Alguacil:
«Si defendiendo nuestra libertad muriésemos peleando,
la madre tierra recibirá lo que produxo;
y al que faltare sepultura que le esconda,
no le faltará cielo que le cubra.
No quiera Dios que se diga que los hombres
de Bentomiz no osaron morir por su patria».
Fuente: Mosaicos de la Rebelión de los Moriscos de Frigiliana.
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