Pueblos de Cadiz
Grazalema
Grazalema
Grazalema, villa legendaria de la Serranía Gaditana, se encuentra situada al Noreste de su provincia, enclavada en el corazón de la sierra que lleva su nombre y comprendida dentro del espacio protegido del primer Parque Natural que se constituyó en Andalucía; el Parque Natural. El municipio de Grazalema está incluido dentro de la Ruta de los Pueblos Blancos de Cádiz.
Grazalema limita con los municipios vecinos de Montejaque, Villaluenga del Rosario, Montecorto y Zahara de la Sierra.
Emplazada en la ladera de la Sierra del Endrinal, sobre una bancada natural, Grazalema se extiende a lo largo para desembocar precipitadamente en el Tajo, que nos impulsa hacia el Valle del Guadalete.
A sus espaldas se erige, majestuoso y protector, el Peñón Grande, sus costados son guardados por la Sierra Morena al Norte y la Sierra del Endrinal al Sur, abriéndose generosa por el Este hacia la Sierra Rondeña de las Nieves.
Al Oeste se halla el Cerro de San Cristóbal de 1.555 m. de altitud y, un poco más al Norte, la Sierra del Pinar siendo éste el punto orográfico más alto de la provincia de Cádiz, con 1.653 m. Aquí es donde tiene su reinado el conocido Pinsapo, espécimen de pino que podríamos catalogar de prehistórico, ya que es la única especie arbórea que perduró a la última glaciación alpina.
Grazalema se precia de tener en su entorno dos verdaderos edenes de la Sierra por sus riquezas naturales; hablamos, por un lado, de la Ribera de Gaidovar, valle regado por el río que le da nombre y que lo convierte en un auténtico vergel donde las temperaturas se suavizan creando un microclima que la caracteriza; y por otro, la Aldea de Benamahoma, núcleo con identidad propia, cuya riqueza principal es su esmerado aspecto y su bien más preciado el agua, que brota en abundancia de su nacimiento.
Su envidiable enclave geográfico la sitúa en el centro del triángulo formado por las ciudades de Cádiz, Sevilla y Málaga por lo que su accesibilidad se hace práctica desde cualquier punto desde el que se provenga.
Primero los romanos y luego los bereberes, fueron los pobladores iniciales. Dieron nombre al pueblo (Gran Zulema) y establecieron una floreciente economía basada en los productos de la tierra y en la artesanía textil.
En 1485 vuelve a manos cristianas , enmarcada en el señorío de Ponce de León. Tras siglos de destacada industria textil ( famosas eran las mantas de Grazalema ) es semidestruida por la acción devastadora de las tropas de Napoleón.
De estos siglos de esplendor nos han quedado restos de interés como la Iglesia de la Encarnación y las barrocas: Iglesia de San José y de la Aurora.
Monumentos en Grazalema
Iglesia de San José
Iglesia de San Juán
Iglesia de Nuestra Señora de la Aurora
Ermita de Nuestra Señora de los Ángeles
Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación
Lacilbula
Ayuntamiento
Casas Señoriales
Ermita del Calvario
Rutas de Interés | Senderos | Senderismo en Grazalema
Ruta del Agua
Ruta al Puerto del Boyar
Ruta del Calvario
Ruta a la presa del Fresnillo
Ruta de la Ribera de Gaidovar
Ruta a «El Santo»
Sendero El Torreón
Sendero del Tesorillo
Sendero del Pinsapar
Ruta Molinos Harineros
Sendero Llano del Ravel
Sendero Calzada Romana
Sendero del Descansadero
Sendero Salto del Cabrero
Sendero Llano del Endrinal
Sendero Ermita del Calvario
Sendero los Llanos del Berral
Sendero Puerto de las Presillas
Sendero Camino de los Charcones
Mirador del Puerto de las Palomas
Sendero Río Majaceite – Los Batanes del Río Majaceite
Árboles y Arboledas Singulares de Grazalema
- Pinsapar de Grazalema
- Chaparro de las Ánimas
- Quejigo de las Hermanillas
- Coscoja híbrida de La Camilla
- Pinsapo de la Vereda del Taramal
- Encina del Puerto de los Acebuches
- Madroñal del Llano de los Laureles
Miradores de Grazalema
Mirador del Santo
Mirador de los Acebuches
Mirador del Puerto del Boyar
Gastronomía
La gastronomía de Grazalema está unida a la historia de nuestro pueblo. Los primeros indicios que nos constan datan de época romana, en la cual tuvo un papel destacado la ganadería (ovino, caprino y vacuno), así como la agricultura, destacando el cultivo del olivo para la producción del aceite. La miel de Hispania era muy famosa y valorada.
Los romanos mezclaban la harina de trigo con la miel para elaborar los primeros pasteles.
La época árabe es la más importante desde el punto de vista de la herencia gastronómica, nos han transmitido el uso de las especies (azafrán, pimienta, nuez moscada, clavo), los cocidos, las legumbres, las berenjenas, las espinacas, el arroz con leche y gran parte de la repostería (como gran innovación introdujeron la caña de azúcar, así como el alfajor, la empanadilla, la carne de membrillo, el buñuelo, y sobre todo el gusto por el uso de la almendra).
En la actualidad, se siguen elaborando platos típicos con los mismos ingredientes que nuestras anteriores generaciones, es decir, se mantiene la tradición y sencillez de la cocina casera. Entre los productos más importantes tenemos el queso, la caza, las chacinas y la repostería.
Como plato típico tenemos la Sopa de Grazalema, elaborada con el caldo del puchero, pan de campo, huevo, hierba buena y chorizo. Como segundo plato, destaca el cordero al horno o también la caldereta de cordero, y para amantes del pescado, la trucha (procedente de la Piscifactoría de Benamahoma). Además, se ofrecen productos como las tagarninas, las setas, y los espárragos trigueros.
Los quesos de la zona elaborados con pura leche de oveja o cabra, están considerados de los mejores de España.
La caza menor nos ofrece platos exquisitos elaborados a partir del conejo y la perdiz, y la caza mayor con el venado y el jabalí.
Entre las chacinas destacan productos como el salchichón, el chorizo y la morcilla.
La rica repostería nos brinda postres artesanos y dulces caseros entre los que destacan el amarguillo y el cubilete, sin olvidar el bollo de almendra, la torta de manteca o la empanadilla.
Fiestas y Tradiciones
La protección institucional que Grazalema y su pedanía, Benamahoma, han recibido en las últimas décadas las convierte en lugares privilegiados para apreciar el ciclo festivo tradicional de índole rural, la religiosidad popular característica del sur de Andalucía y otros ritos y costumbres históricos. En tal sentido, merecen conocerse sus romerías: la de San Isidro Labrador en la singular Ribera del Gaidovar, la de San Antonio, en Benamahoma, y la procesión de la Virgen de los Ángeles hasta su ermita grazalemeña. De Benamahoma es imprescindible conocer las Fiestas de Moros y Cristianos, celebración atávica de alto valor patrimonial. Grazalema y Benamahoma conservan el rito festivo del Toro de Cuerda, celebrado respectivamente el Domingo de Resurrección en Benamahoma y en julio, durante las Fiestas del Carmen en Grazalema.
Naturaleza y Ocio
Grazalema se ubica en el centro del Parque Natural Sierra de Grazalema, al que da nombre, siendo su entorno natural paradigmático de la riqueza y posibilidades para el turismo medioambiental que ofrece la Sierra de Cádiz. El Parque Natural, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO, ejemplifica su alto valor ecológico en la población de pinsapos, un abeto reliquia del terciario que las condiciones naturales de este espacio han mantenido vivo. Las numerosas sierras que rodean la localidad (del Endrinal, de Zafalgar, del Castillo, de Líbar, de Ubrique o del Pinar) alcanzan la máxima altitud de la provincia y encierran espléndidos paisajes de gargantas, simas y cavidades. En estos diversos espacios puede practicarse el senderismo, la escalada, la espeleología, el piragüismo o el parapente, además de otras actividades de ocio y deporte.
Donde dormir
- Aladín
- Casa Ana
- La Tinaja
- Yerbaluisa
- Casa María
- El Corralón
- La Mejorana
- Casa Corrales
- Los Siete Pinos
- La Casa de Filo
- Casa Guadalete
- La Casa Molino
- Casa El Pinsapo
- Casa Concepción
- Casa Los Abuelos
- Molino La Catedral
- Casa Rural Rotacapa
- Casa Rural La Bodega
- Casa Rural Las Piedras
- Hotel Puerta de la Villa
- Hotel Fuerte Grazalema
- Hotel Villa de Grazalema
- Hostal Tambor del Llano
- Alojamiento Rural Tassone
- Casa Rural Huerta La Terrona
Cómo llegar a Grazalema
En Avión:
El aeropuerto de Jerez (único de la provincia), se encuentra a unos 105 km de Grazalema y existen vuelos que operan desde este aeropuerto a distintos destinos nacionales. Desde el aeropuerto a través de la N-IV se accede a Cádiz.
En coche desde Málaga:
- N-340 dirección Algeciras-Benalmádena
- Entre Benalmádena y Mijas tomar desviación izquierda (autopista peaje) dirección Marbella-Algeciras
- Marbella (se pasa cerca)
- A49 / N340 / E15 durante 1.1 km
- N340 / E15 durante 6.6 km
- N340 durante 5.6 km
- San Pedro de Alcántara (se pasa cerca)
- Desviación dirección Ronda – A376 durante 65.4 km
- A372
En coche desde Jerez:
- Salir de Jerez de la Frontera y girar a la izquierda A-382
- Jédula
- Arcos de la Frontera
- Girar a la derecha A-372
- Venta Mariquita
- El Bosque
- Entrar en Grazalema
Distancias desde Grazalema
Cádiz 114 km
Ronda 32 km
Ubrique 26 km
Sevilla 115 km
Olvera 41 km
El Bosque 19 km
Algodonales 26 km
Villamartín 39 km
Zahara de la Sierra
Casa Consistorial
Edificio civil del siglo XX
Construcción inaugurada en 1.961, su fachada se organiza con un cuerpo bajo, precedido de una logia con tres arcos de medio punto sobre pilares cuadrangulares, y torre mirador en uno de sus extremos. El segundo cuerpo consta de una amplia terraza, con vanos rectilíneos. En su interior, se disponen las distintas dependencias administrativas y de servicios públicos.
Plaza de España
La Plaza de España, ha congregado históricamente las actividades públicas más representativas de la localidad (administración, servicios, turismo, fiestas tradicionales). La relación con la Iglesia de Nuestra Señora de la Aurora hace suponer su origen en el siglo XVIII. Aunque es complejo de comprobar, apoya esta tesis, el florecimiento económico producido en la época, que permitió urbanizar el perímetro más cercano.
Jopiches y Jopones
La palabra “hopo” o “jopo”, mechón de pelo o, figurativamente, pene del toro, se utilizaba para distinguir a los pobladores de uno y otro barrio.
Los Jopones (penes grandes de toro) habitaban en el Barrio Alto de la localidad, pertenecían mayoritariamente a la Hermandad de Nuestra Señora del Carmen, y se dedicaban al pastoreo y a la ganadería.
Los Jopiches (penes pequeños de toro) residían en el Barrio Bajo de la localidad, pertenecían mayoritariamente a la Hermandad de Nuestra Señora de los Ángeles, y eran obreros de las fábricas textiles y batanes.
El Barrio de los Jopiches, mucho más urbanizado que el de los Jopones, albergaba a las mejores casas del municipio habitadas por la “clase alta”. Además, en él se ubicaban los edificios que representaban a las diferentes instituciones del Estado.
Antaño, esta distinción era muy frecuente y, todavía hoy, aunque con menor rigor, podemos asegurar que se mantiene su tradición a lo largo del tiempo, pues los niños de la locaidad cuando juegan en la escuela a fútbol configuran dos equipos, Jopones contra los Jopiches.
(“EL TORO DE GRAZALEMA. La fiesta de toros más antigua de España”, Ginés Serrán Pagán, Editorial Pueblos Blancos, 2002).
DELIMITACIÓN DE AMBOS BARRIOS
Según la delimitación tradicional, el Barrio Bajo se extiende desde la llamada “zona defensiva” hasta la Fuente de la Puentezuela; mientras que el Barrio Alto se desarrolla desde esta fuente hasta el extremo Oeste de la localidad.
El Barrio Alto, está constituido por manzanas de forma rectangular con calles muy largas. La tipología de la vivienda en esta zona se basa en construcciones de casa con corral, con arquitectura doméstica. Como elementos singulares, destaca la Iglesia de San José y el ensanchamiento de la calle Nueva.
El Barrio Bajo cuenta con una trama urbana más diferenciada, ya que aloja los primeros asentamientos del municipio. Sin embargo, presenta una distribución irregular, propia de una ciudad musulmana. En este barrio se combina la arquitectura culta y doméstica, alojando los edificios más singulares de la localidad (equipamientos, monumentos y espacios públicos).
El Pueblo más lluvioso
En Grazalema, se registran los mayores índices pluviométricos de Andalucía y de España, habiéndose registrado algunos años la máxima de 4.000 litros/m2, aunque la media anual está en torno a los 2.200 litros/m2.
Este fenómeno es debido a que la Sierra, que lleva su nombre, constituye una de las primeras barreras naturales que han de sortear los núcleos nubosos que, procedentes del Océano Atlántico, penetran en la Península Ibérica.
En apenas ochenta kilómetros, las nubes ascienden desde la cota 0 hasta los 1600 metros de altura, produciéndose una condensación de vapor de agua, debido al enfriamiento, que da lugar a las abundantes precipitaciones.
Por otro lado, tenemos el llamado “Corredor del Boyar” (valle abierto hacia el mar, puede antiguo glaciar), que por su fisonomía produce un efecto de “embudo”, quedando las masas lluviosas atrapadas y, como consecuencia, obligadas a descargar en forma de precipitación.
Este singular hecho climático posibilita el crecimiento de unos abetos muy especiales, los Pinsapos.
Amapola de Grazalema
La Amapola de Grazalema, cuyo nombre científico es Papaver rupifragium, pertenece al mismo género que la amapola vulgar (Papaver rheas), y que la adormidera (Papaver somniferum).
Esta rareza biológica es un endemismo propio del Parque Natural Sierra de Grazalema que brota en cunetas, arcenes y prados, a partir de unos 900 metros de altitud, durante los meses de Junio a Agosto. Es fácilmente localizable en las Sierras de Caillo, Pinar y Endrinal.
Es una planta vivaz, que mide de 20 a 50 centímetros. De consistencia herbácea, su desarrollo vital dura varios años, aunque la parte aérea se seca y prácticamentedesaparece durante meses, quedando vivos los órganos subterráneos, para volver a florecer al año siguiente e intentar colonizar sus alrededores.
El color de sus cuatro pétalos es anaranjado, más claro que el rojo intenso de la conocida amapola de nuestros prados.
Sus hojas son muy suaves, de color verde azulado, y el pedícelo que sostiene la flor, fino y alargado, con el fin de curvar hacia abajo cuando las semillas necesiten su dispersión.
Es muy importante respetar y preservar esta planta, evitando a toda costa causarles daños que puedan interrumpir su ciclo vital.
Tagarnina
La tagarnina (Scolymus hispanicus) es una planta nativa del Sur de Europa que puede vivir hasta dos años, incluso ser perenne, y puede llegar a medir hasta 80 centímetros de altura en época de floración.
Presenta en las axilas foliares flores amarillas, liguladas, hermafroditas, con cinco estambres y las anteras conniventes de hasta 5 centímetros de diámetro, en inflorescencias en forma de capítulo, rodeadas de brácteas bifurcadas y también espinosas.
La floración aparece en primavera y verano, aunque en zonas de mayor altitud hay que esperar al verano para observar sus flores. Su fruto es un aquenio, de unos 4 milímetros, coronado por pelos muy ásperos al tacto.
Usos:
- Es una planta comestible, muy apreciada en Grazalema y en la comarca serrana. Se emplea en cocidos, berzas, guisos, revueltos, e incluso en sopas y ensaladas.
- En etnofarmacología, se utilizan las raíces como diuréticas en insuficiencias renales. Dosis: decocción (procedimiento para extraer los principios activos) al 2%, 1-2 tazas/día después de las comidas.
- El látex que mana de la planta fresca se ha empleado para cuajar la leche.
- Asimismo sus flores se ha utilizado para adulterar el azafrán.
Principios activos: Flavonoides e inulina.
Puentezuela
Posiblemente de origen visigodo, debe su nombre a la calle donde se ubica.
La pila está formada por dos senos labrados en una única pieza de piedra, que se apoya en un basamento constituido por una fábrica de mampuestos.
Los dos chorros se sitúan en la boca de dos rostros manantes diferentes.
El fondo, sobre la pared en la que se apoya, está constituido por una única pieza de piedra, a la que se ha añadido recientemente una pintoresca fábrica de piedra artificial con relieves industriales.
Fuente Plaza de España
Posiblemente de origen visigodo, está compuesta por una pila, cuatro chorros y un fondo sobre la pared en la que se apoya, en el extremo de la fachada norte de la Plaza de España.
La pila, formada por dos senos labrados en dos piezas de piedras, se apoya en un basamento constituido por cuatro bloques cúbicos del mismo material.
Los cuatro chorros se sitúan en la boca de cuatro rostros manantes diferentes.
El fondo de la pared, está construido con una fábrica de sillares almohadillados de piedra, recercado por dos pilastras y una doble cornisa del mismo material.
La fábrica de mantas de Grazalema
Conocido por su artesanía textil, Grazalema fue uno de los pueblos más importantes de la industria de Cádiz gracias a la elaboración de mantas y paños desde el siglo XVII hasta mediados del XIX. En la actualidad solamente una empresa sigue en activo y es la única fábrica que mantiene el proceso tradicional artesanal, «Artesanía Textil de Grazalema» es la heredera de esta tradición centenaria con la confección de mantas, ponchos y paños de lana de Grazalema, y ha experimentado en las últimas décadas una mejoría con la introducción de nuevos productos incorporando lanas de alta calidad y mezclas con otras fibras como el cachemir, la alpaca o el mohair (tejido hecho con el pelo de la cabra de angora).
La fábrica consta, entre otras instalaciones, de una sala de abatanado para dar mayor resistencia a los tejidos, así como de un patio de secado, almacén y acabado.
El municipio de Grazalema siempre ha sido sinónimo de mantas, además de dar nombre a la sierra homónima declarada parque natural y reserva de la biosfera.
La artesanía textil de Grazalema adquirió tanta importancia que durante el siglo XVIII se exportaron mantas de pura lana a Europa y Latinoamérica. Los datos económicos y laborales de mediados del siglo XIX lo demuestran. En 1850 se consumían en la localidad 30.000 arrobas de lana en las manufacturas, equivalente al peso de cincuenta elefantes. Sin embargo, a mediados del siglo XIX empezó la decadencia, en buena medida a partir del desarrollo de la industria textil catalana y el municipio comenzó a exportar mano de obra en vez de mantas.
De forma paralela a la elaboración de mantas surgieron otras fábricas y oficios, como las fábricas para cardar e hilar la lana, dos calderas de jabón, varios batanes (que transforman tejidos abiertos en otros más tupidos), así como tintoreros y curtidores. Así, la ganadería ovina se constituyó como otra actividad de gran importancia durante ese periodo.
Grazalema
Abrupta y hermosa Sierra
Horizonte de paz intensa
Para conocer Grazalema bastaría con pasear por sus calles y pararse en los miradores de «Los Peñascos», «El Tajo» o «Los Asomaderos». Transitar por la Calzada Medieval, que partiendo desde la «Puerta de la Villa», discurre junto a la ribera del Guadalete. Visitar el Museo Tradicional de la «Fábrica de Mantas». Ascender a las peñas del Calvario o el Corazón de Jesús para divisar sus privilegiadas vistas.
En los paseos o excursiones por su entorno para conocer su flora, es posible encontrar desde especies minúsculas, como la amapola endémica, conocida como «Amapola de Grazalema», hasta el magnífico bosque de pinsapos, que se extiende en la umbría de la Sierra del Pinar, constituyendo estos árboles un paisaje inigualable, que ha pervivido desde el periodo terciario. Además de los extraordinarios bosques de alcornoques, quejigos y encinas.
Entre su fauna destaca la presencia de la cabra montés, que ha repoblado lo más alto de nuestras cumbres, y convive con el buitre leonado, que tiene en esta sierra una de las mayores colonias de cría del continente.
Para contemplar su avifauna, existen rutas ornitológicas en las que pueden observarse grandes especies como el águila real, el águila perdicera, el águila culebrera, el azor, el búho real, el halcón peregrino, el alimoche común o la lechuza común; y otras de menor tamaño aunque de igual belleza como el gavilán común, el cernícalo común, el cernícalo primilla, la abubilla, el mochuelo, el cárabo, el pico picapinos, el pico real, piquituerto común, el vencejo cafre, el jilguero, el petirrojo, la oropéndola, el arrendajo común, la chova piquirroja, la collalba negra, el roquero solitario, el trepador azul…
Grazalema
Añeja Historia, lluvia y nieve
Romántica y Bandolera
Si visitar Grazalema es un placer para todos los sentidos, de todos los paladares se pueden recrear de forma extraordinaria con la cocina popular, que ofrecen sus restaurantes, bares de tapas y terrazas, instaladas los días soleados de invierno y las agradables noches de verano en las plazas que conforman su centro urbano.
De sus múltiples platos destacan las chacinas, guisos, cocidos y las famosas sopas de Grazalema. Igualmente, según temporada, se pueden degustar preparados de carne de cerdo después de la matanza, sopas de tomate, revueltos de setas, espárragos trigueros y tagarninas. Entre su original repostería de ascendencia árabe, se encuentran el cubilete y el amarguillo. De entre sus manjares sobresale el exquisito queso de oveja de Grazalema.
Además, la Villa es la cuna de Dionisio Pérez, uno de los padres de la gastronomía moderna, autor de la «Guía del buen comer». Su larga historia nos trae unas raíces romanas y árabes, un esplendor industrial y económico en los siglos XVIII y XIX (llegando a tener unos 9.000 habitantes).
Entre sus hijos ilustres, Grazalema es la cuna de un anarquista universal (José Sánchez Rosas), de un teólogo conciliar y erudito de fama nacional (Francisco Mateos Gago), de un fraile pionero evangelizador de la China (Raimundo del Valle) y la tierra del padre de una santa católica (Santa Ángela de la Cruz).
Grazalema
Sueños de mujer eterna, florido patio de cal y tejas
La identidad histórica de Grazalema hunde sus raíces en la noche de los tiempos. En su término municipal es posible encontrar restos prehistóricos como el dolmen de «la Giganta» a escasos kilómetros de la Cueva de la Pileta en Benaoján (Málaga). De la época romana existen testimonios de una villa romana en la zona de la Ribera de Gaidóvar, conocida con el nombre de Lacíbula. El actual emplazamiento de grazalema data de la época andalusí, cuyos restos más antiguos se hallan en los lienzos de la muralla. Ésta circunda la calzada medieval, transcurriendo paralela a la ribera del Guadalete cuyo trazado culmina en la parte trasera de su iglesia Mayor, en la que se localizan los pilares de lo que fue una antigua mezquita o templo mudéjar.
Tras la Reconquista, la incesante actividad vinculada a la fabricación de paños y mantas, tuvo su periodo de mayor esplendor, entre finales del siglo XVIII y mediados del XIX, siendo conocida entonces con el apelativo de «Cádiz el Chico». Esta época coincide además con pasajes históricos destacables, como su heroísmo en la Guerra de la Independencia, su papel en el contrabando hacia el Peñón de Gibraltar (dada su posición geográfica) y el bandolerismo. Actividades, que se vieron reflejadas en leyendas recogidas por los primeros viajeros románticos ingleses y la mitificación popular.
Grazalema
Centenaria manta, fiestas de vírgenes, romería y lunes del Toro de Cuerda
El casco urbano de Grazalema es un prodigio del hábitat serrano, en equilibrio con su entorno. Situada en un entorno natural excepcional, su especial microclima, lo coloca como el pueblo con mayor índice de lluvias de España y donde también llegan las nieves del invierno. Su arquitectura popular, sus arraigadas tradiciones y costumbres lo han hecho siempre un lugar privilegiado, como lo muestra el estudio de influencia universal, del antropólogo Pitt-Rivers, autor del clásico «The People of the Sierra». Su trama urbana le otorga un insólito atractivo, en cuyo trazado predominan las calles escarpadas, sus numerosas fuentes y caños y sus recoletas plazuelas. Su singular belleza, se debe a la esmerada limpieza y al gusto por el uso de la cal. Además, de la utilización de las flores como elemento decorativo de fachadas, paredes, balcones y ventanas. Este conjunto de factores, la convierten en uno de los pueblos más bellos y mejor conservados de Andalucía, por lo que ha recibido reiterados premios y ha sido declarada Conjunto Histórico Artístico.
Si se decide visitarla en alguna de sus fiestas, disfrutarán de acontecimientos únicos, de fuertes raíces históricas y gran belleza como la Semana Santa (Abril), la Romería en honor a San Isidro Labrador en al Ribera de Gaidóvar (en Mayo), las «Fiestas del Carmen y el Toro de Cuerda» (en el mes de Julio), las «Fiestas Mayores» (en Agosto), la velada de Ntra. Sra. de Los Ángeles, patrona de la localidad (en Septiembre), o la recientemente creada Recreación histórica sobre el Bandolerismo (en Octubre).
Grazalema
Pinsapar milenario, Quesos densos de merina oveja
Grazalema se presenta al visitante como un lugar cargado de magia, donde se conjuga con armonía los relieves abruptos de sus sierras, con su cuidada y característica arquitectura popular. Su entorno, localizado entre los macizos calizos, que comparten las provincias andaluzas de Cádiz y Málaga, presenta una morfología representativa de las Cordilleras Béticas, donde nace el río Guadalete (cerca de su casco urbano). Se puede contemplar la erosión producida por el agua, en el lugar de mayor pluviosidad de toda España (con una media anual que supera los 2.200 litros/m2) que ha creado cañones de gran belleza, como la Garganta Verde que, con 400 metros de profundidad, contrasta con las cimas más altas de la provincia de Cádiz.
Así, en las muchas excursiones, para montañeros y senderistas, se pueden ascender a cumbres como «El Torreón» o «El Reloj», escalar roquedos y paredes como el «Peñón Grande», «la Aguja de las Palomas» o «Peñaloja» o pasear camino del «Llano del Endrinal» o el «Salto del Cabrero». A sus espaldas, se erige, majestuoso y protector, el «Peñón Grande», y a sus costados «Sierra Morena» (al norte) y la «Sierra del Endrinal» (al sur), abriéndose por el Este hacia la «Sierra de las Nieves».
Grazalema
Susurros de fuentes, cuna del Guadalete
La Villa de Grazalema y su entorno constituyen el corazón del primer Parque Natural de Andalucía (desde 1984), al que le da nombre. Siendo además, declarada por la UNESCO, la primera Reserva de la Biosfera (desde 1977) del territorio español. Su magnífico paisaje se ve coronado en la Sierra del Pinar con la mayor área de pinsapos (Abies Pinsapo) del país. Las nubes provenientes del Atlántico, dejan a su paso abundantes precipitaciones sobre estas montañas, dando singularidad a su clima y vegetación mediterránea. Su origen e historia tienen una antigüedad milenaria, generando una gran diversidad cultural. Forjando, distintas formas de vida vinculadas al hábitat de montaña, a la industria de la lana y el queso de oveja.
La estructura urbana de este bello pueblo serrano, se adapta a los caprichos de la naturaleza conservando una fisonomía heredada de la cultura árabe.
Pasear por su conjunto urbano, es un gozo inigualable, al poder contemplar sus formas de hábitat y magnífica arquitectura popular, donde predomina el color blanco de la cal de sus fachadas y patios. Degustar su gastronomía es trasladarse al paladar de otros tiempos. Visitarla en algunas de sus fiestas es recrearse en las esencias de uno de los más bellos y atractivos pueblos de Andalucía.
Hay dos maneras de difundir la luz: ser la lámpara que la emite o el espejo que la refleja.
Lin Yutang
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