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Pueblos de Jaen

La Iruela

Pueblos de Jaen

La Iruela, Comarca Sierra de Cazorla

La Iruela es un municipio perteneciente a la provincia andaluza de Jaén, situado en el nordeste de la Comarca Sierra de Cazorla. Limita con los municipios vecinos de Cazorla, Santiago-Pontones, Chilluévar y Santo Tomé.

En su extremo oeste se concentran las tierras labradas, siendo todo el resto del término municipal área de montaña reforestada con pinares. Esta zona pertenece al Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, donde los encantos naturales son innumerables, tanto por paisaje, como por la riqueza de su flora y fauna. De hecho, La Iruela es la principal entrada al espacio natural protegido más extenso de España.

El cultivo del olivo y el turismo de naturaleza son las actividades económicas más importantes del municipio de La Iruela aunque también destaca la actividad forestal.

El municipio se compone de numerosos núcleos hospitalarios y privilegiados por su paisaje, gastronomía y tradición. Auténticos reductos de paz que combinan el plateado olivar con los verdes bosques. Se trata de 16 pedanías y parajes con nombre propio: Burunchel, El Palomar, El Burrueco, Arroyo Frío, Fontanares, La Estrella, Mortalejos, Tramaya, El Pocico, San Martín,  Los Tíscares, Arroyos de Plaza, Juntas de Muriel, Nubla, Don Roque y Cañamares.

Los primeros indicios de la presencia humana en el entorno de La Iruela datan de La Edad del Cobre (III milenio a C.), con una intensa ocupación hasta la Edad del Bronce

En la segunda mitad del II milenio a C se produjo un despoblamiento del área, que aún no se explican los investigadores, hasta que en el siglo II a C asistimos a una proliferación de asentamientos. Uno de estos es el de Nubla, que hoy se divisa en el horizonte por restos de fortificación, y que estuvo activo desde el periodo ibérico a época medieval. La misma actividad se constata en época romana, el puente del Molino que cruza el río Cañamares se atribuye a este periodo.

Durante el periodo islámico La Iruela debió ser una de las alquerías o pequeñas poblaciones rurales, que poblaban la región, al igual que su vecina Cazorla. En torno al siglo XI esta población se rodeó de una muralla, mientras que la cima del promontorio le servía de refugio.

En 1231 fue conquistada por el arzobispo de Toledo, don Rodrigo Ximénez de Rada, pasando a formar parte del Adelantamiento de Cazorla, gran señorío construido por el arzobispo y vinculado al arzobispado de Toledo.

En 1294 el arzobispo don Sancho de Castilla, con la intención de reforzar el alfoz de Cazorla, le dio La Iruela como aldea. Pero La Iruela no quiso sujetarse ni obedecer este privilegio dado a Cazorla, provocándose distintos enfrentamientos incluso violentos entre ambas poblaciones. Hacia el año 1366, durante el gobierno del arzobispo don Gome Manrique, militante en el bando de Enrique II las villas y lugares del Adelantamiento quedaron divididas: mientras Cazorla siguió el partido de Pedro I La Iruela secundó la política del arzobispo, concediéndole por ello el Villazgo el 28 de junio de 1370. Esta independencia duró poco ya que Cazorla consiguió del mismo arzobispo la anulación del privilegio a La Iruela, volviendo a su condición de aldea el 5 de agosto del mismo año. En 1378 recuperó su «autonomía municipal», con la concesión del privilegio de Villazgo por el arzobispo don Pedro Tenorio De esta manera quedó sólo sujeta a la jurisdicción arzobispal de Toledo cuyos prelados nombraban alcaldes, escribanos y demás oficiales de justicia.

Don Francisco de los Cobos secretario del emperador Carlos V, consiguió que el monarca le traspasara la villa en detrimento de la mitra de Toledo. Estos no aceptaron la pérdida y pleitearon hasta que en 1606 recuperaron la villa. Entre tanto, los Cobos, grandes mecenas en las tierras de su señorío, mandaron edificar en el interior del recinto del castillo, la iglesia de Santo Domingo.

Los arzobispos de Toledo mantuvieron la posesión de esta villa hasta agosto de 1811, en que las Cortes de Cádiz suprimían la jurisdicción territorial del arzobispado en todo el Adelantamiento de Cazorla, quedándole a la mitra Toledana la jurisdicción espiritual sobre estas tierras hasta 1958, año en el que pasó a Jaén.

Arroyo Frío

Arroyo Frío es una pedanía situada dentro del Parque Natural. Bañada por el río Guadalquivir, pasó de ser una pequeña cortijada a un gran complejo turístico, siendo actualmente el principal punto de alojamiento del Parque Natural. Entre sus servicios turísticos se pueden encontrar hoteles, restaurantes, apartamentos, casas rurales, supermercados, pubs… Referente al deporte se pueden encontrar rutas de senderismo, rutas a caballo, deporte activo como tirolina, descenso de cañones y un largo etc. La mayor parte de las plazas hoteleras de La Iruela se sitúan en Arroyo Frío.

Burunchel

Pedanía olivarera, que fue una antigua dehesa, conocida actualmente por el paso de la trashumancia, donde se sigue celebrando la antigua Feria de Ganado.

Situada a solo 7 km de La Iruela. Cuenta con una privilegiada situación geográfica, como centro estratégico, tanto para visitar el Parque Natural, como para conocer la comarca, ya que es la principal entrada a la Sierra de Cazorla.

Monumentos de La Iruela

Poblado Romano
Torreón de Nubla
Castillo de La Iruela
Ermita de San Martín
Templo del Espíritu Santo
Ermita de los Desamparados
Iglesia de la Inmaculada Concepción

Ermita de San Julián: está fechada entre el siglo XV y XVI y está construida en honor al patrón de Burunchel San Julián.

Fue construida durante la contrarreforma por el Arzobispado de Toledo. Es una edificación de una sola altura y planta rectangular con una sola nave y adosado en el crucero una pequeña sacristía con acceso al campanario. En el interior, el altar conserva un retablo con la imagen de San Julián, soldado romano mártir del cristianismo.

Lo que más destaca de esta construcción es la cubierta de madera del altar la cual es original de su construcción, siendo un caso único. Es un magnífico ejemplo de artesonado de lacería a cuatro aguas, de los pocos que se conservan en la provincia.

Casa Consistorial: Monumento de estilo mudéjar toledano, que en su día fue pósito y almacén para el grano. Está fechada a finales del siglo XV. El 4 de junio de 1810, fue quemado por los franceses en la Guerra de la Independencia, junto a otros edificios del municipio. A mediados del s. XIX fue habilitado como ayuntamiento y en la actualidad, sirve también para otros servicios.

Eremitorio de la Magdalena de La Iruela: Hasta el siglo XV, los cultos paganos a la fecundidad y a la tierra, eran práctica corriente en el mundo rural. Estos cultos atávicos de magia blanca, se realizaban en lugares con unas características bastante particulares: cuevas y abrigos eran los lugares favoritos y la presencia constante del agua como regeneradora de la vida.

Después del Concilio de Trento, la Contrarreforma católica alteró la vida religiosa de nuestro país, se persiguieron las prácticas mágicas y se consideraron heréticas, en otros casos se sacralizaron esto lugares mágicos, siempre curiosamente, con el culto a un personaje de la vida cristiana casi olvidado, nos referimos a María Magdalena, una mujer, esencia del femenino religioso en una religión de hombres, en sustitución de la diosa Tierra y de la diosa Madre.

En el Eremitorio de la Magdalena de La Iruela, están presentes los símbolos paganos como la cueva y el agua, también los símbolos religiosos cristianos como el pozo, el templo y los símbolos de la pasión. Todo ello desde finales del S. XVI.

El interior de la ermita se encuentra bajo el amparo del saliente rocoso, pudiéndose definir dos espacios claramente diferenciados separados por un muro, parte del cual está cortado sobre la propia roca, formando un gran banco pétreo orientado de norte a sur. En algún caso se hace referencia de que un clérigo perteneciente al Hospital de San Antonio Abad, en La Iruela, se encargaba de las pocas celebraciones litúrgicas que en esta ermita se realizaban.

Ruinas de la Iglesia de Santo Domingo de Silos: El estado ruinoso se debe al saqueo e incendio de las tropas francesas en la Guerra de la Independencia del s. XIX. Dejó de tener culto y pasó a otras utilidades como la de cementerio hasta el año 1953, lo que ha dañado mucho la obra del s. XVI.

Se construyó en la época de la Reconquista, bajo la advocación de Santo Domingo de Silos. En el s. XVI, el viejo templo medieval fue reemplazado por uno nuevo, conforme a los cánones renacentistas. De planta rectangular con tres naves y presbiterio plano, aprovecha la torre de la entrada al recinto amurallado como campanario, conteniendo una escalera de caracol. Sólo quedan restos de la bóveda del altar mayor, de medio cañón con casetones, y restos de pinturas. Conserva la portada de acceso, de modelo renacentista, arco de triunfo con arco de medio punto.

Se atribuye a la escuela de Vandelvira.

Fuentes y Manantiales

Gastronomía del municipio

Son típicos de La Iruela los guisos hechos con productos de la tierra cercana, casi al alcance de la mano, como si la alacena familiar más que armario de viandas fuera una ventana abierta a la inmediatez del terruño por donde entra lo natural hecho materia pitancera.

Acoge La Iruela en sus fogones los secretos de la cocina del trigo y de la harina, tan antigua como la vida misma, en la que los “talarines” son la expresión serrana de lo que en otros lugares de la provincia se les llama andrajos, o harapos, galianos, o guiñapos, siendo todos ellos un guiso que tiene en común un sofrito de verduras como el pimiento y el tomate, y en temporada níscalos de la sierra, que dará lugar a un caldo con un toque de hierbabuena, en el que cocinar cualquier carne de caza menor, sea liebre, conejo o perdiz, o en su caso bacalao, y donde se habrá de cocer por último una masa de harina y agua muy fina hecha jirones como tela rota, o tela de harina, de ahí el origen de sus diferentes nombres.

Pero no habrán de quedar aquí los platos farináceos de La Iruela, pues en la “gachamiga” encontrará el amante de la cocina tradicional el plato donde se combinan en justo equilibrio el buen aceite de oliva de la tierra, la harina, el agua, las patatas de las cercanas huertas, y el diestro brazo del guisandero que entre volteo y volteo en el aire de la sartén consigue elaborar una torta sólida, bien compuesta, con la que acompañar los chorizos, los torreznos y las morcillas de matanza, junto a los más diversos frutos como uvas, pepinos o trozos de melón y racimos de cerezas de sus huertas.

Guiso farináceo como ninguno son las “gachas de harina con caldo” de masa dura que habrán de servir de acompañamiento de las más diversas viandas.

El plato más señero de la cocina de La Iruela es el “rin ran” con su carne de pimiento rojo, sus cebollas o cebolletas, su patata, su bacalao, sus aceitunas negras y su mucho aceite de oliva uniendo y ligando sabores.

Destacan también los “huevos serranos” que suelen servirse en cazuela de barro junto a productos del cerdo como el chorizo y la panceta y a la carne de monte.

Cómo llegar a La Iruela

Salir de Jaén en dirección: Mancha Real – Baeza – Úbeda. Travesía de Mancha Real. Pasar cerca de Garcíez. Travesía de Donadío. Pasar cerca de Hornos de Peal. Atravesar Peal de Becerro y continuar dirección Cazorla. En Cazorla seguir indicaciones hasta La Iruela.

Distancias desde La Iruela

Jaén 96 km
Tíscar 34 km
Jódar 45 km
Úbeda 45 km
Cazorla 1,6 km
Hinojares 47 km
Santo Tomé 19 km
Peal de Becerro 14 km

Miradores de La Iruela

Mirador Puerto de las Palomas

La Iruela, Burunchel

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Torreón vigía «Atalaya». Este torreón fue construido a partir del S. XIII por los cristianos tras la conquista de la zona por las tropas del Arzobispo de Toledo, Ximenez de Rada. Se encuentra en la zona llamada La Quebrada y su función era la de vigilancia del paso del sur.

Torre Vigía "Atalaya" - La Iruela

Alojamientos Rurales

  • El Cantalar
  • Casa Iruela
  • La Buhardilla
  • Casa El Rincón
  • Casa Martorel
  • Cortijo Belfalá
  • Laguna del Maiz
  • Casa de la Parra
  • Madrigal Iruela
  • Casa Miraciervos
  • La Finca Mercedes
  • Alojamiento Nohal
  • Casa las Dos Torres
  • Casa El Álamo Blanco
  • Casa Fuente del Prado
  • Chorrillos del Lavadero
  • Casa de Santo Domingo
  • Apartamento Hnos. Pilas
  • Apartamentos San Pedro
  • Mirador Castillo La Iruela
  • Alojamiento Rural La Toba
  • Casa Rural Castillo La Iruela
  • Apartamentos Arroyo Parrilla
  • Alojamiento Cerro La Estrella
  • Hotel & SPA Sierra de Cazorla
  • Apartamentos Fuente La Raja
  • Alojamiento Rural El Acebuche
  • Paraje Fuente del Roble y La Encina
  • Alojamientos Turísticos Fuente Culebra
  • Apartamentos Rurales Cortijo el Chaparral
  • Hotel Rural Convento Santa María de la Sierra

Árboles y Arboledas Singulares de La Iruela

  • Pino de Misa
  • Quejigo del Lagar
  • Cornita de La Rajona
  • Acebuche de Las Hoyas
  • Coscoja de Cabeza Rubia
  • Coscoja Híbrida del Segreo
  • Roble del Arroyo de la Teja
  • Tejo del Barranco de la Iglesia
  • Madroño de Punta del Enebrillo
  • Acebuches del Cortijo de Los Villares

Vía Ferrata “La Mocha” / Geología

La Mocha está constituida por una variante de roca calcárea muy similar a la caliza denominada dolomía, cuya composición química incluye magnesio. Esta se formó en una cuenca sedimentaria marina durante el Jurásico (entre unos 200 a 150 m.a.), periodo geológico durante el cual en esta zona aún no habían sido levantadas las sierras que hoy día podemos ver, en lugar de ello, un antiguo mar denominado “El Thetys” estaba aquí instalado. En este contexto tenía lugar la proliferación de organismos marinos microscópicos cuyo esqueleto calcáreo durante millones de años se fue acumulando y enterrando en los fondos marinos, construyendo así el material sedimentario que hoy forma esta roca. El levantamiento de este macizo rocoso sobre las aguas del Thetys tuvo lugar durante el Mioceno (entre 23 y 5 m.a.) debido a la colisión de África y Eurasia, que provocó la deformación de estas rocas mediante el desarrollo de pliegues y fallas inversas o cabalgamientos, rasgos muy característicos de estas sierras.

Posteriormente y como proceso final que nos muestra la roca tal y como es hoy día tiene lugar la erosión de la roca calcárea por acción principalmente del agua de lluvia que la disuelve, confiriéndole al macizo rocoso esta caprichosa morfología.

Mario Benavente


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