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Pueblos de Almeria

Rágol

Pueblos de Almeria

Rágol – Comarca del Valle Medio del Andarax

Rágol se encuentra a caballo entre la Sierra de Gádor y Nevada, entre la fértil vega y el comienzo de la montaña, a 416 metros de altura, de lo que resulta una orografía agreste y accidentada, todo un símbolo de La Alpujarra.

Limita con los municipios de Alboloduy, Instinción y Canjáyar.

Geografía, Historia y Patrimonio de Rágol

La primera imagen que nos llega es la silueta de un casco urbano dominado por el volumen de la iglesia parroquial y el blanco de la cal de sus viviendas, pero también aprisionado entre la vertiente de Sierra de Gádor, que determina unas callejuelas empinadas, y el río, que se acerca demasiado a las viviendas. Aporta el preciado líquido pero también el peligro de las crecidas con imprevistos temporales, como el desastroso de 6 de noviembre de 1871.

El cauce sumamente permeable del río permite que se filtre el agua para formar una importante capa freática, origen de numerosas fuentes, en forma de cimbras o trincheras que se adentran en la montaña hasta descubrir el anhelado agua. Ello permitió cultivos tradicionales en la vega, como el olivo y especialmente la morera para la obtención de seda. Ese primor por el agua, la agricultura de regadío o la industria de la seda serán claras huellas del pasado hispanomusulmán.

Rágol fue una de las alquerías de la taha de Marchena, la jurisdicción nazarí en la zona. Fundada, como aquellas, por gentes de Pechina a finales del siglo IX, durante la guerra de las Alpujarras aquí se desarrolló una importante batalla de enero de 1569, cuando el marqués de los Vélez subió por sierra de Gádor a derrotar a la población morisca arrinconada en el cerro de la Matanza, en el barranco de las Losas.

Tras la crisis derivada de la expulsión morisca tendremos que aguardar hasta el siglo XIX con la explotación del plomo alpujarreño de gran pureza, reflejada en la cercana fundición de La Daira, también llamada la Fabriquilla, cuyos metales se transportaban al puerto de Almería por el Camino Real de las Fundiciones. Pero especialmente será la uva de Almería, base económica de la comarca hasta los setenta del siglo pasado.

Este esplendor permitió alcanzar los 1600 habitantes, lo que favoreció la construcción de la antigua carretera de las Alpujarras entre 1894 y 1920, remodelada y ampliada recientemente. En realidad, el famoso puente de los Calvos se remató en 1925.

El 26 de marzo de 1901 se desprendió totalmente una gran quebrada en cerro de El Coto, hundiendo 45 casas y amenazando de inminente ruina a otras. Tres años más tarde, el pueblo contaba con suministro eléctrico gracias a la fábrica Santa Francisca, ubicada en el río Grande o Andarax, próximo a Canjáyar.

El cierre de las minas y después la crisis de la uva motivaron la sangría de la emigración, primero a América y más recientemente a Cataluña, donde residen ragoleños que retornan habitualmente en el verano a su patria chica.

Es el momento de recordar el 18 de agosto a su patrono San Agapito, uno de los primeros mártires del cristianismo, pero no con cohetes sino con 200 barrenos de dinamita que saludan al paso de la procesión (seguramente es un recuerdo del pasado minero), o destacar el entrañable “huertecico” que decora la Plaza de la Constitución el sábado de Gloria, como escenario del encuentro entre la Virgen y Jesucristo resucitado.

El recuerdo más sabroso es la famosa pera de Rágol, ensalzada por los poetas Francisco Villaespesa o Florentino Castañeda, antes objeto codiciado en el mercado de Almería, hoy reducida al autoconsumo de los vecinos y al recuerdo.

Monumentos de Rágol

Iglesia de San Miguel

Gastronomía de Rágol

En los fríos días de invierno, cuando la lluvia hace su aparición, es costumbre cocinar migas de harina o de pan, acompañadas con caldo de pimentón , pimientos y tomates secos fritos, pescado y tajadas, todo ello regado con un buen vino de la tierra. También se consumen los pucheros, cocinados en sus diferentes formas: trigo, calabaza e hinojo, que preparan el cuerpo para un duro día de trabajo.

En los calurosos días del verano son refrescantes los gazpachos y ensaladas del tiempo. Además son características las fritadas de conejo con pollo y las gachas con caldo de pescado, aprovechando la temporada de mayor esplendor de las verduras.
Durante todo el año se degustan los embutidos como morcilla, chorizo, longaniza, blanquillo y derivados del cerdo que se elaboran antes de la Navidad, en las famosas matanzas que suelen reunir en torno al ritual, a familiares y amigos que pasan unos días de fiesta y trabajo en una tradición difícil de perder.

En Navidad se elabora la repostería típica de esta fechas, las tortas de chicharrones y manteca, el pan de aceite, los suspiros y los mantecados.
Con la llegada de la primavera y coincidiendo con Semana Santa, los condimentos se adaptan a la prohibición de la carne y a los productos vegetales que afloran en la vega.

Se preparan los potajes de cuaresma con albóndigas de bacalao y como postre los roscos fritos y los buñuelos acompañados con anís.

No podemos olvidar los famosos hornazos de San Marcos, bollo de pan con aceite adornado con huevo y que según la tradición hay que romperlo en la cabeza del más despistado.

Cómo llegar a Rágol

Salir de Almería en dirección Huércal de Almería, atravesar éste y continuar en carretera nacional 340. Seguir en dirección: Almería – E-15 – N-340 – Nijar – Murcia. En la rotonda, tomar la salida 1 Continuar en: A-92A en dirección: A-92 – Benahadux – Guadix. Continuar en: A-92A, seguir indicaciones hasta Benahadux. Salir de Benahadux. Continuar en: A-348. Atravesar Alhama de Almería y continuar hasta pasar cerca de Illar. Seguir indicaciones hasta Instinción. Salir de Instinción y seguir indicaciones hasta Rágol.

Distancias desde Rágol

Beires 15 km
Illar 4,5 km
Alicún 11 km
Pozuelo 15 km
Terque 9,5 km
Almería 36 km
Bentarique 7 km
Alboloduy 18 km
Canjáyar 7,5 km


Fuentes y Manantiales de Rágol

  • El Pilarico
  • Pilar de la Iglesia
  • Fuente de la Plaza
  • Fuente Plaza de Andalucía
  • Fuente Juego de la Pelota
  • Lavadero público de Rágol

Lavadero de Rágol

Los lavaderos eran elementos fundamentales de la cultura tradicional para la higiene domestica antes del abastecimiento público a las viviendas rurales, en este caso en 1978. Su estructura era similar a las viviendas tradicionales, con muros de mampostería y techos de launa. Lamentablemente una remodelación de hace unas décadas redujo muchísimo su sabor popular.

Lavadero público de Rágol

Pilar Juego Pelota

Pilar Juego Pelota

Fuente de la Plaza

Fuente de la Plaza

El Pilarico

El Pilarico

Pilar de la Iglesia

Pilar de la Iglesia - Rágol

Fuente Plaza de Andalucía

Fuente Plaza de Andalucía - Rágol

Caz de Molino

Es el único resto que nos ha llegado de un antiguo molino hidráulico para molienda de cereales, formado por un caz o toma del río y la acequia formada por arcos de medio punto para alcanzar la necesaria altura y presión del agua para mover todo el mecanismo de la molienda.

Este acueducto fue construido a finales del siglo XIX porque la riada torrencial del 1 de mayo de 1875 destruyó el caz. El conjunto ha sido rehabilitado recientemente como espacio peatonal.

Caz de Molino - Rágol

Torre del Reloj de Rágol – Siglo XX

Si el modelo tradicional es instalar el reloj en el campanario de la iglesia, aquí la vemos a 50 metros sobre el pueblo, en una pequeña y singular caseta levantada en 1928. Desde la parte alta del pueblo domina la trama urbana y sirvió tradicionalmente como reloj para los vecinos, cuando sólo los burgueses adinerados podían permitirse ese lujo.

Rágol - Torre del Reloj

Ermita de las Ánimas

Situada a la entrada de la población, en la calle Real, nos recuerda la intensa religiosidad popular de todo el valle del Andarax desde los mártires de la Guerra de las Alpujarras y la Contrarreforma católica del concilio de Trento animándonos a interceder por las ánimas del purga torio. Como humilladero servía para encomendarse a Dios a la salida del viaje.

Es tradición decir unos versos a su paso:

Sagrada Virgen del Carmen,

Madre del Verbo Divino,

Abre la puerta del cielo,

para el alma que va de camino

Viviendas burguesas en Plaza de Andalucía Siglos XIX y XX

La exportación de la famosa uva de Almería consolidó una clase burguesa, que construye viviendas acomodadas para revelar su prestigio social en la fachada.

El modelo se consolida a finales del siglo XIX con una vivienda unifamiliar, habitualmente de tres plantas, y una composición ecléctica, que comunica clasicismo y simetría de los huecos.

Un buen ejemplo es la vivienda de tres plantas de la calle Infanta Leonor, con la novedad de una amplia puerta con un bordillo de piedra, que evoca la economía agrícola del momento y el uso de la planta baja como almacén y cuadra.

En el nº2 de la Plaza, la antigua vivienda de José Guil, un conocido exportador de uva, destaca por su sencillo patio de luces, al igual que la vivienda de la Carrera del Carmen nº 4A, donde encontramos unas mayores pretensiones de magnificencia en la espléndida rejería y su altísimo casetón, en un claro efecto de destacar el volumen de la vivienda sobre el conjunto de la trama urbana.

Mirador de la Iglesia

Dese la calle Real, y aprovechando un descansillo junto a la Iglesia, podemos hacer una observación del entorno. La cercanía y el rumor del agua del río Andarax suponen un remanso de tranquilidad para continuar nuestro itinerario, pero además la oportunidad para entender la vega, el río y la agricultura tradicional como elementos esenciales de La Alpujarra en una perfecta interrelación entre hombre y un territorio único.

RECURSOS MEDIOAMBIENTALES Y ECOTURÍSTICOS DE RÁGOL

Ruta Comarcal “El Camino de las Fundiciones Reales”

Rágol se encuentra en este itinerario cultural y ruta temática basada en la antigua actividad minera y metalúrgica de Sierra de Gádor. Discurre a lo largo del valle del río Andarax, siguiendo el camino utilizado durante siglos para el traslado del plomo desde las distintas minas y fundiciones hasta el puerto de Almería.

Fundición de La Daira

El conjunto construido, ubicado en el municipio de Rágol, corresponde a una construcción de planta rectangular con fábrica de mampostería recibida con barro, parcialmente enfoscada, cuya la parte superior es de tapial, con un habitáculo de piedra seca en el extremo sur. La dimensión total de la planta es de aproximadamente 40×10 metros, subdividida interiormente en varias crujías.

Sobresale del conjunto un horno reverbero, apareciendo en paralelo restos de lo que pudo ser un segundo. Finalmente, a unos metros de la fundición aparece una construcción, también de planta rectangular, que pudiera corresponder al almacén de leñas, posteriormente utilizado como corraliza.

La Fundición de La Daira, en su época llamada de San Agapito y hoy conocida como La Fabriquilla, se encontraba en ruinas en 1839, época en que es vendida en dos terceras partes. Los compradores consiguen ponerla en funcionamiento para venderla al año siguiente a Cayetano Martín Godoy, de Fondón, ya plenamente revalorizada.

Antigua Fundición
La Fabriquilla

Durante el siglo XIX la Sierra de Gádor fue un importante centro productor de plomo a nivel mundial. El trabajo en las minas bien a partido o formando compañías elevó el nivel económico de muchas personas y pueblos alpujarreños. Rágol y sus habitantes no estuvieron al margen de esta riqueza minera sino que fueron muchos los que participaron activamente no sólo en la extracción del mineral sino también en su beneficio.

Hasta la segunda década del siglo el Estado tenía el estanco del mineral, imponía y ajustaba precios y condiciones de las explotaciones a través de sus fábricas nacionales (una se encontraba en Alcora-Canjáyar). Sin embargo, pronto cambiará este decorado legislativo y las fábricas del Estado en la fundición del plomo dejaron de funcionar siendo sustituidas por una industria particular a través de los boliches o pequeños hornos reverberos.

En Rágol, en el paraje de La Daira, se construyó una fábrica de fundición hoy llamada La Fabriquilla y por entonces denominada San Agapito. Hasta aquí se transportaban en burros el mineral desde las minas directamente y los fabricantes calculaban sus gastos, la utilidad que querían sacar y ponían precio a pie de fábrica.

En 1839, en estado ruinoso, sus dueños, el notario de Canjáyar Cristóbal Canet y Gregorio Hernández de Rágol, vendieron por 2.000 reales dos partes de tres a José María León y Andrés Jiménez de Alhabia.

Es una planta rectangular (dimensiones aproximadas (40×10) con siete dependencias utilizadas para el mineral, aperos, habitaciones para trabajadores, etc. Paredes de mampostería y adobe o solo barro. El centro lo compone la estancia a la que está adosada el horno y dos crujías. Es el horno el elemento más importante. Su bóveda, paredes interiores y el tabique son de launa. La chimenea, maciza y baja, es de cantería tosca y el tragante de adobe. El exterior es de mampostería.

Este tipo de horno, construido con sencillez y utilizando como combustible el esparto y matas de toda especie, fundía un plomo de gran calidad pero en menor cantidad en comparación con otros como por ejemplo el horno inglés.

El Horno / La Fundición

El horno tenía dos puertas una delante que era la del trabajo y otra en un costado que era la del hogar. Estaban abiertas y cuando se quería que no pasara el aire se tapaban con ramas de combustible.

Antes de cargar el horno de mineral con espuertas de esparto se calentaba y después se extendía el mineral sobre la plaza meneándolo poco a poco con espetones de hierro puntiagudos y con un rebajador para ir subiendo o bajando la masa que se producía. La plaza del horno tenía cierta inclinación hacia la puerta del trabajo para que el plomo fundido y la escoria se reunieran en una pileta o crisol abierta junto a dicha puerta.

La temperatura iba aumentando introduciendo combustible por la puerta del trabajo con horquillas. Tras unas dos horas (según la calidad del mineral) empezaban a correr gotas de plomo a la pileta sacando con un rodillo las escorias y limpiando el plomo con cucharas, y por el canal inclinado llegaba al reposador; éste, en su parte baja y cerca de la superficie, tenía un orificio que se abría cuando el plomo estaba limpio y por un canal de plastro corría el plomo fundido hacia los moldes de hierro que estaban enterrados en el suelo.

El Horno / La Estructura

La bóveda, paredes interiores y el tabique son de launa. La chimenea maciza y baja de cantería tosca y el tragante de adobe o barro. El exterior es de mampostería.

La llama entraba en la chimenea por una especie de arco encima de un tabique de adobe que por la parte superior tenía la misma cobertura que el arco dejando una abertura o raja de 3 a 4 pulgadas de alto por donde salía la llama. Esta se extendía y cubría la plaza del horno.

Junto al horno hay restos de otro horno pequeño y con mayor sencillez. Es probable que fuera para fundir las escorias. Construido también con adobe de launa y posible torbera cerrada con barro. La pila estaría dentro del horno y desde aquí corría el plomo al reposador por un carril.

El horno principal y este secundario constituían el centro del edificio que se completaba con otras dependencias destinadas a almacén del metal, aperos, estancias de obreros (maestros, ayudantes), etc.

Nota: la visita a Rágol es altamente recomendada.


4 comentarios

  1. Maria Dolores Ferrer Moreno escribio:

    Desearia saber como localizar el libro de repoblacion de Ragol en el siglo XVI despues de los moriscos. O si la repoblación esta incluida en algun pueblo mas grande de la zona. Estoy buscando el origen de mis apellidos y me han comentados que en Ragol se instalaron drl apellido Ferrer

    • JUAN JORGE VICIANA escribio:

      Hola, tengo un libro que habla de la repoblación de Ragol, Instinción e Illar en el año 1575 y el apellido Ferrer no aparece. Siento no poder ayudarte.

      • Albert Oromí escribio:

        Hola Juan Jorge, encantando! Ando también estudiando mis antepasados. Y una parte de ellos provienen de Rágol. Entre otros llego a contactar con un tal Vicente Viciana, nacido en Rágol y casado en 1678 en la misma localidad. Imagino que podría ser pariente tuyo también. Me gustaría contactar contigo. No sé si consigues visualizar mi correo. Un saludo.

    • Miguel Ferrer escribio:

      Hola. Soy Miguel y estoy haciendo un estudio genealógico y que me ha llevado hasta Rágol. 12 generaciones de ancestros, la casualidad es que mi apellido es Ferrer y que hoy mismo unos documentos me han llevado hasta este pueblo. Me gustaría compartir información contigo. Un saludo.

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