Pueblos de Cáceres
Santa Cruz de la Sierra
Santa Cruz de la Sierra – Comarca de Miajadas – Trujillo
Formando parte de la Comarca de Miajadas – Trujillo, el municipio de Santa Cruz de la Sierra se encuentra en la provincia de Cáceres, Comunidad Autónoma de Extremadura, España.
Los municipios vecinos más cercanos son: Puerto de Santa Cruz, Ibahernando, Herguijuela, Conquista de la Sierra, Villamesías, Abertura, Madroñera, Santa Ana y La Cumbre.
Situada sobre la falda norte de la Sierra de Santa Cruz, con el pico de San Gregorio, de 844 metros de altura, como telón de fondo, es conocida por ser lugar de nacimiento de Ñuflo de Chaves, fundador de la ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra, la segunda ciudad más importante de este país americano. Los restos de su palacio aún se conservan.
Cuenta la tradición que en Santa Cruz de la Sierra fue asesinado Viriato, el caudillo íbero que luchó contra los romanos. De los visigodos se conserva una pilastra de mármol en la Iglesia Parroquial de la Vera Cruz. Hay un antiguo convento de agustinos, abandonado des[1]de la época de la desamortización.
Monumentos de Santa Cruz de la Sierra / Qué visitar
- Plaza Mayor
- Antigua Posada
- Casa del Conde
- Palacio de Chaves
- Iglesia de la Vera Cruz
- Casa de Belvis – Monroy
- Ermita de San Juan (Cementerio)
- Convento de Frailes Agustinos Recoletos: se fundó en 1629, bajo la advocación de San Joaquín y con el apoyo económico de los Chaves, llegando a tener una comunidad de 30 frailes en sus momentos de mayor esplendor.
Las dependencias tenían 3 plantas, hoy ya en ruinas; manteniéndose actualmente en pie la iglesia conventual, donde se aprecian restos de frescos originales en sus paredes. Y en su centro, un pozo considerado de aguas milagrosas, al que acudían peregrinos de todo el reino, incluso de Portugal, a curar sus dolencias. Esta peregrinación se venía sucediendo incluso antes de construirse el Convento. El brocal del pozo, monobloque de granito decorado con los símbolos de la Orden, se encuentra actualmente en el Centro de Interpretación del pueblo por motivos de seguridad.
En 1835 se produce la exclaustración. Tal era la mala relación de los frailes con el pueblo, que al quedarse vacio el edificio, sus vecinos se encargaron de destruirlo, respetando únicamente la iglesia conventual.
Distancias desde la localidad
Trujillo 16 km
Cáceres 61 km
Herguijuela 10 km
Ibahernando 7 km
Puerto de Santa Cruz 4 km
Ruta del Risco Grande / Pico de San Gregorio – Santa Cruz de la Sierra / Sierra de Santa Cruz – Monumento Nacional Arqueológico (3, junio 1931)
Trayecto: 6 km (ida y vuelta)
Caminando: 3 horas
Dificultad: escasa
Época recomendada: primavera y otoño.
Iniciamos nuestra ruta por el “Camino de los Moros” dejando a la izquierda las ruinas del Convento de San Agustín (s. XVII) que domina la hermosa campiña cruceña y que en un tiempo lejano albergó a los frailes Agustinos Recoletos.
Todo nuestro recorrido se efectuará por caminos y veredas debidamente señalizados por trazos blancos y verdes que nos indicar el trayecto a seguir.
Seguimos la marcha por el angosto camino flanqueado por paredes de piedra y vegetación típica de bosque y matorral mediterráneo hasta llegar a la pared e la sierra, que debemos saltar para transitar por verdeas que conducen en un primer momento a encontrarnos con los “Nacederos de Abajo”, veneros de agua donde poder beber y refrescarnos para seguir nuestro itinerario y alcanzar los “Nacederos de Arriba” situados a media ladera.
Destaca esta zona por una espesa vegetación rica en helechos, moreras, acebuches, majuelos, zarzas, retamas, etc. y donde apreciar con claridad la red de cañería de piedra de grano labrada y al descubierto, que nos ha venido acompañando a tramos entrecortados desde la salida. Esta red de canaletas, presumiblemente romanas, era utilizada en otros tiempos para bajar el agua desde la Sierra a la plaza del pueblo, vertiéndola en dos pilares.
Retomamos el itinerario, esta vez entre escobas y retamas, siguiendo el plano inclinado que nos marca el trazado por la cara norte de la sierra en dirección este-oeste, para adentrarnos por un desfiladero natural, sabiamente aprovechado por los pueblos durante siglos para su defensa y donde nos encontramos con un camino empedrado o Antigua Calzada, tal vez romana en su origen.
Siguiendo la calzada, desfilaremos por el “Cancho de la Misa” y la estela del menhir situado junto a él, sirviendo ambos de centinelas para la entrada del que llamaríamos “Campo Sagrado”, meseta de 3 hectáreas aproximadamente, trazada por construcciones cilclópeas y destacando en ella la gran Necrópolis, sin olvidar lo que muchos investigadores reconocieron como altares y piedras de sacrificio –situados a ambos lados de la meseta- pertenecientes a civilizaciones prehistóricas.
Podemos realizar, si se desea, la subida al Risco Chico desde la parte más elevada de esta citada meseta por una estrechísima senda abierta entre las moles de granito y recodos escondidos, culminando la escalada en una corona de rocas gigantescas a modo de almenas, apreciándose en la roca más alta un hueco de forma irregular llamado “La Silla del Moro”.
Dejando a nuestra izquierda el Risco Chico (738 m de altitud), continuamos el ascenso hacia el “Risco Grande” (844 m) situado al poniente, atravesando antes el llamado “Valle de los Lirios”, donde encontraremos los restos de un antiguo poblado que mira al saliente.
Continuando con nuestra subida a la pingorota del Risco de San Gregorio –donde la vista se pierde observando la penillanura trujillana al norte, el valle del Guadiana al sur, las Villuercas al levante y al oeste las sierras de Montánchez- encontramos en su cima el llamado “Aljibe” al igual que vestigios de una antigua Fortaleza diseminados a su alrededor, volviendo a encontrar de nuevo más restos de otro poblado, situado en este caso en la planicie del poniente, que bien pudo haber constituido –en aquella época remota- un solo núcleo de población junto con los del anterior poblado del saliente, extendiéndose en su caso, desde el recinto sagrado y de norte a sur, por la parte oriental de la montaña, formando un semicírculo.
Sin lugar a dudas, todo aquel poblado existente antaño, fue aprovechado por la posterior llegada de los árabes a nuestra Sierra beneficiándose de todo el material útil que encontraron a mano, junto con los muros que había levantados y que reedificaron con nuevos materiales; sabiendo explotar el conjunto de construcciones ciclópeas como defensa y baluarte contra el ejército de la Reconquista.
A título de curiosidad, referir la existencia de lo que parecen ser un Cromlech –según el ángulo desde el que se observe- coronando la cima de ambos riscos. Considerados monumentos prehistóricos, consta de un cerco de grandes piedras verticales en círculo, encerrando un dolmen en su centro. Inicialmente con carácter funerario, para más tarde convertirse en recintos sagrados, en algunos casos en una especie templo y utilizado en otros casos para observaciones astronómicas debido a la alineación de sus piedras señalando éstas las direcciones de salida y puesta del sol en determinados días del año.
Aprendamos a conocer, disfrutar y cuidar nuestra historia y lugares de interés. Algunos de ellos, desgraciadamente, no se encuentran en el mejor estado de conservación y promoción turístico-cultural posiblemente porque, ¿hay quien carece de la sensibilidad necesaria o no son capaces de ver el valor de estos lugares? La reflexión queda en el aire.
Ruta del Risco Grande / Pico de San Gregorio – Santa Cruz de la Sierra / Poblado del Saliente
Teniendo en cuenta que Santa Cruz estuvo habitada desde tiempos remotos por civilizaciones precélticas, celtíberas, vetonas, lusitanas, romanas, visigodas y árabes, lo primero que aviva la curiosidad al llegar a la Sierra son los sepulcros y poblados.
Dos núcleos de población, en principio, parecen destacar en la Sierra; uno situado al saliente –Santa Cruz– y el otro en la planicie del poniente –Los Casares-, pudiendo haber formado un único poblado bastante numeroso antaño, que se extendía de norte a sur por la parte oriental, como lo acreditan las ruinas existentes.
Hoy en día, todavía se puede entrever el trazado de alguna de sus calles, como la principal, que arranca desde el Recinto Sagrado, sube siguiendo las sinuosidades del terreno hasta la base del Risco Grande, ahí se pierde entre los escombros del Castillo, para volver a encontrarla en el lado opuesto, descendiendo por la cuesta de Los Casares hasta el final del poblado del poniente. Las casas de estos poblados son sencillas, rectangulares, los sillares de los muros están realizados con barro, presenta paredes comunes que sirven de divisoria entre viviendas contiguas y están agrupadas formando manzanas.
Todo aquel poblado, por entonces existente, fue aprovechado por los árabes que lo reedificaron con nuevos materiales de cal y ladrillo, cubriendo sus muros con tejas, y barro de sus hornos. Queda claro que los árabes se refugiaron en el castro ibero por sus características defensivas.
Necrópolis
Situada en la planicie del llamado Campo Sagrado. Bordeada por su lado norte por el Risco Chico, considerado éste por algunos investigadores como torre del homenaje de la antiquísima ciudadela antaño existente, y cuya cima está rodeada por grandes piedras verticales formando círculo.
Destacan en esta gran meseta, la necrópolis (expoliada en épocas pasadas), los dos altares, situados sobre prominencias del terreno y las piedras de sacrificio. Curiosamente, todas las piedras de estos monumentos prehistóricos están labradas en forma escalonada.
En la Sierra se localizan dos tipos de sepulturas, unas pobres y toscas y otras con forma más regular. En ambos casos, son abundantes, ya se encuentren individualizadas y esparcidas por la falda oriental sin formar alineación, o bien agrupadas y con una orientación propia, como ocurre en la necrópolis del Campo Sagrado.
Las piedras labradas que flanquean los sepulcros, originarias de los monumentos prehistóricos anteriormente citados, fueron aprovechadas por los árabes para construir su posterior necrópolis sobre la anterior ya existente.
Antigua Calzada y “Cancho de la Misa”
Una vez adentrados en el desfiladero natural o vaguada del llamado “Camino de los Moros”, encontramos la Antigua Calzada usada por las civilizaciones precéltica, celtíberas, vetonas, romanas, lusitanas, visigodas y árabes, para su acceso a la Sierra y cuyo trazado concluye a la llegada de la planicie situada entre ambos Riscos.
Este camino empedrado, nos conduce al “Cancho de la Misa”, nombre un tanto significativo: ¿menhir tallado en forma de hacha primitiva?, ¿altar de sacrificio en la Edad de Hierro? o… más bien, ¿pertenece a una edad anterior, Edad del Bronce, por las vasijas argáricas encontradas en él?; y donde desde este mismo plano se observan vestigios de otros monumentos prehistóricos.
Canalizaciones de Agua
Esta rede de cañería de piedra, presumiblemente romana, de grano labrada y al descubierto, que nos ha venido acompañando a tramos entrecortados desde la salida de ruta, fue utilizada durante siglos para bajar el agua, desde la Sierra a la plaza del pueblo, vertiéndola en dos pilares.
Sobre las aguas que discurrían por estas cañerías, a primeros de 1600, se estableció un simple acuerdo entre el Concejo de esta villa y el Convento de Frailes Agustinos –por entonces existente- cediéndose a la comunidad religiosa parte del agua. Después de una disputa sobre si debería ser el Convento o el Concejo quien debía reparar los desperfectos de la cañería, trató este último de retirar al Convento la gracia concedida; pero la comunidad religiosa se alzó y se entabló un ruidoso pleito. Esto movió a S. M. y señores de la Cancillería de Granada en 1677, hasta que, en 1719 fue confirmada la sentencia a favor de los frailes por el Rey Carlos III, con la condición de que el Convento tendría siempre corriente la cañería hasta la arqueta de distribución, que por aquel entones fue inaugurada..
Pero la mayor comodidad de todos, fue a finales del s. XVIII, cuando se acordó entre el Convento y el Concejo, que los frailes tomaran toda el agua desde las diez de la noche hasta las seis de la mañana en invierno y hasta las cuatro de la madrugada en verano. Pero… en este acuerdo olvidaron: ¿Quién debía reparar la cañería llegado el momento?; sin que nadie pudiera obligar ni al Convento ni al Concejo a arreglarlas. Y así fue, que el agua dejó de llegar al pueblo por estas canalizaciones.
Fuente: Excmo. Ayto. de Santa Cruz de la Sierra | Redex | Diputación de Cáceres
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