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Sendero de las Piñas

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Sendero de las Piñas – El Pedroso

El Sendero de las Piñas comienza en la Plaza de la Consolación, donde se encuentra la Iglesia del mismo nombre.

Trayecto: Lineal
Longitud: 2 km
Dificultad: Media
Tiempo estimado: 1 hora
Tipo de camino: Cementado y forestal
Lugar salida y llegada: Plaza de la Iglesia

Salimos dirección montaña, dejando a nuestra derecha la Cartuja de El Pedroso, y a nuestra izquierda la C/ Zabalza Tajonar, que nos llevaría por el Puerto del Espino hasta la ermita de la Patrona pedroseña Ntra. Sra. la Virgen del Espino, pero será de frente a la C/ Nueva, en la dirección que encaminaremos nuestros pasos para logra nuestro objetivo de visitar este Sendero de las Piñas.

Pero dada nuestra proximidad y paso por la Cartuja de El Pedroso o Casa Granja, nos permitiremos conocer algo de ella: «Construida a mediados del siglo XV por los frailes de la Orden de San Bruno, como filial de la Cartuja de Cazalla de la Sierra. Los recursos agrícolas producidos eran destinados al abastecimiento tanto de los frailes de la Casa Granja, de Cazalla de la Sierra y los de Santa María de las Cuevas (Sevilla).

Durante la desamortización del Trienio Liberal, la Casa Granja (6 de noviembre de 1822), es comprada por José María Estevas, Cayetano Federico Berre y Serafín María Sanz. El 10 de agosto de 1833, la tercera parte que le correspondía a José María Estevas, es comprada por Esteban Huarte y Urrurtia y Lorenzo Tajonar Ichanzo (naturales de Navarra) ambos comerciantes que arribaron a El Pedroso procedentes de Cádiz. Al fallecimiento de Lorenzo Tajonar Ichanzo, la Casa Granja y sus propiedades agrícolas son heredadas por el matrimonio Félix Zabalza Tajonar y Estefanía Lizaur Tajonar (sobrinos del finado). Los edificios destinados a la industria extractora de aceite, se encuentran prácticamente destruidos (molino y almacén); el edificio principal destinado a capilla y vivienda de los cartujos, actualmente en periodo de restauración a cargo de la propiedad».

Seguimos calle arriba y a unos 200 mt. encontraremos a nuestra izquierda vestigios de una profunda excavación junto a unas casas de reciente edificación, esta excavación se corresponde con un antiguo horno para la elaboración de ladrillos destinados a la construcción, denominado Horno Paulillo. Avanzamos y a nuestra derecha observaremos un deteriorado mirador de estilo, supuestamente, colonial y del que se desconoce la autoría ubicado en los pagos de Huerta de Cataño, a nuestra izquierda dejamos Huerta de Carrión, hacienda de olivar y de la que solo algunos frutales nos recuerdan su actividad hortelana, ya que en la actualidad es una segunda residencia.

De frente nos encontramos con el primer depósito de agua que abastece la población pedroseña, denominado Arca del Agua, junto a él y escondido en la maleza, resto del antiguo depósito.

Empezamos a ascender y dejamos a nuestra izquierda la finca Nido de Águila, lugar y situación en la que podremos disfrutar de la primera panorámica del pueblo.

Si seguimos ascendiendo, empezaremos a disfrutar de un paisaje de zarzales, jaras, madroños, acebuches, pinos, castaños, etc. que nos acompañarán durante el resto del camino. A nuestra derecha, bordeado de choperas y álamos, nos encontraremos un pequeño arroyo o regajo, cuyo marco en primavera, con los abundantes almendros en flor, es para recomendar y no perderse.

Llegamos al segundo depósito de agua, que en la actualidad y abastecido por el Embalse del Hueznar, da servicio a nuestra población. A nuestra derecha observaremos una portada (privada) que se corresponde con la finca Los Llanos y si desviamos la vista en esa dirección, observaremos que su camino de entrada esta bordeado a los lados por pinos y alcornoques, habitados por la fauna autóctona del mirlo, el pinzón escribano y el arrendajo, que junto al susurro del agua, hace de este lugar un paraje que invita a una parada de descanso.

En esta parte del sendero, encontraremos bosques en galería. Hasta aquí el camino es cementado y ahora comenzaremos un camino en estado terrizo; en este punto el ascenso se va intensificando y llegando a un cruce, seguiremos por el de la izquierda. A medida que ascendemos el paisaje se va convirtiendo en una mezcla de vegetación rica y variada. En algunos puntos de esta parte del camino, las vistas de la población pedroseña son interesantes y bellas.

Llegado al punto más alto y donde el camino da fin por un cercado metálico, observaremos que la flora está compuesta mayoritariamente de pino y las piñas que encontraremos a nuestro paso, han sido la inspiración para dar nombre a este sendero.

De regreso y bajando por el mismo camino anteriormente realizado, las vistas son, si cabe, aún más bellas, pudiéndose observar con regularidad el vuelo de diferentes tipos de aves.

La finalización del recorrido del sendero, nos invitará a descansar y recuperar fuerzas con un tentempié en cualquier bar o restaurante de la localidad: Fuente: Ayto. de El Pedroso.


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